El Debate, en la JMJ
El Papa cierra la JMJ en una Misa con un millón y medio de jóvenes: «No tengan miedo»
A las 6 de la mañana, el sol comenzaba a salir en el Campo de Gracia. La fiesta ha comenzado con el padre Guilherme ha salido al escenario con su mesa de mezclas y ha levantado a todos los peregrinos. Desde primera hora, cuando todavía estaban todos desperezándose, los presentadores sobre el escenario han pedido a todos los peregrinos que se apartasen de los pasillos. El Papa Francisco estaba en camino y ha expresado su deseo de estar con todos los jóvenes.
A las ocho y media ha llegado por fin al escenario, después de haber recorrido todos los sectores, desde la letra D a la A. Al igual que durante su entrada en la vigilia de oración del sábado noche, el papamóvil iba a una velocidad mayor a la que acostumbra.
La Eucaristía que ha puesto punto y final a la Jornada Mundial de la Juventud Lisboa 2023 ha comenzado con unas palabras del patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, que ha expresado su agradecimiento a Francisco, al que ha dicho: «Usted es uno más de los jóvenes aquí presentes».
El idioma en el que se ha desarrollado la ceremonia ha sido en portugués, ha excepción de la primera lectura (español) y las peticiones, que se han sucedido en varios idiomas. Las autoridades portuguesas han informado que en la Misa están participando un millón y medio de personas.
Tras la lectura de la segunda carta de san Pedro, en la que se cuenta la Transfiguración, el Papa Francisco ha dedicado su homilía a los jóvenes y ha sacado para ellos tres idea para llevarse a casa después de su semana: resplandor, escuchar y no tener miedo.
Sobre la primera, resplandor, ha comenzado recordando que cuando Jesús se transfigura, su rostro resplandece como el sol. «Nosotros hoy necesitamos un rostro de luz para afrontar las inseguridades», ha afirmado. Este no es otro que Dios: «Él es la luz que no se apaga», ha continuado Francisco. Según ha apuntado el Pontífice, los jóvenes no se volverán «luminosos» hasta que no acojan a Jesús y «aprendan a amar bien», lo que lleva, ha explicado, a «hacer obras de amor».
Dice la carta de san Pedro que una nube luminosa los envolvió y de ella salió una voz: «Este es mi hijo amado, escuchadlo», dijo. Para Francisco, aquí está «todo lo que hay que hacer en la vida: escuchar». Ha advertido a los jóvenes que tengan cuidado con los egoísmos disfrazados de amor y para evitarlos ha recomendado escuchar a Jesús, "porque solo Él te va a decir cual es el camino del amor.
En la última parte de su homilía, Francisco ha recuperado el famoso discurso de san Juan Pablo II y su «no tengan miedo» y se lo ha dedicado a todos los jóvenes. «A ustedes», ha comenzado, «que cultivan sueños grandes pero que se ofuscan por el temor a no verlos cumplidos». A ellos que «quieren cambiar el mundo, que le ponen creatividad a la vida, pero creen que no es suficiente». A todos los jóvenes, «que son el presente y el futuro», ha enumerado. «A todos les digo, no tengan miedo», ha culminado su homilía.
El silencio tras la comunión era tal que se escuchaba el viento en el parque Tejo, las sirenas de la policía a los lejos, en la ciudad; incluso los aviones que en la distancia buscan la pista de aterrizaje. En contraste con la mañana, cuando los jóvenes saltaban y cantaban al ritmo de la música que les ha puesto el DJ father Guilherme, todos ahora mantienen con respeto el momento de oración.
Tras la bendición final, antes de clausurar la Jornada Mundial de la Juventud, Francisco ha querido agradecer a Portugal, su Gobierno y su Iglesia; a los obispos, sacerdotes, consagrados y laicos que han colaborado; a quienes han organizado la jornada y la han acompañado con la oración; también a los santos patronos de la JMJ, en especial a san Juan Pablo II, «que han velado desde el cielo por la jornada», a Lisboa, «que permanecerá en la memoria de estos jóvenes como casa de fraternidad» y también ha querido darles las gracias a ellos, a los jóvenes.
No ha querido despedirse Francisco sin confesar un sueño que le queda por cumplir: «el sueño de la paz, de los jóvenes que rezan por la paz, trabajan por ella y construyen un mundo en paz», ha desvelado, mientras animaba a poner el mundo en manos de María, Reina de la paz. Ha recordado también las guerras de asolan la tierra, y concretamente la de Ucrania, «que sigue sufriendo mucho», ha afirmado.
Francisco ha puesto el punto y final a esta JMJ Lisboa 2023 invitando a todos los presentes el próximo 2025 al Jubileo de los Jóvenes que tendrá lugar en Roma y ha desvelado cual será el destino de la próxima Jornada Mundial de la Juventud: Seúl en 2027.