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El Padre Pío de Pietrelcina

El testamento del padre Pío: una historia de envidias, enfrentamientos y santidad

¿Por qué el fraile escribió una carta al alcalde de la ciudad que albergaba el convento de Santa Maria delle Grazie, donde vivía junto a sus hermanos? ¿Por qué no lo comentó con el director espiritual o con otro cohermano?

Hace cien años, el Padre Pío, el conocido santo franciscano con estigmas, escribió en una carta privada al alcalde de San Giovanni Rotondo dónde deseaba ser enterrado. ¿Por qué el fraile capuchino expresó este deseo en una carta fechada el 12 de agosto de 1923 al alcalde de la ciudad que albergaba el convento de Santa Maria delle Grazie, donde vivía junto a sus hermanos? ¿Por qué no lo comentó con el director espiritual o con otro cohermano?

Enfrentamientos

La respuesta está en una revuelta que se estaba gestando en San Giovanni Rotondo, que en aquellos años era poco más que un pueblecito de Apulia, habitado por muchos campesinos y pastores inquietos. Un ambiente muy distinto del pueblo turístico y hospitalario en que se convirtió tras la muerte de San Pío.

Donato Centra, gritó al padre Pío armado con una pistola: «Vivo o muerto, aquí te quedarás»

En el verano de 1923, las relaciones entre el fraile de los estigmas y el Santo Oficio en el Vaticano degeneraron. El médico Agostino Gemelli consideró que los misteriosos fenómenos que acompañaron la vida del padre Pío, empezando por las hemorragias espontáneas en su cuerpo, los éxtasis, las veggenzas, no eran creíbles. El Vaticano quería trasladar al fraile, que ya era muy popular entre los devotos y curiosos de toda Italia, a Ancona, en la región de Las Marcas. La decisión se extendió entre los ciudadanos de San Giovanni Rotondo y florecieron las protestas y el malestar entre los fieles. Incluso se organizó un piquete a la entrada de la iglesia para impedir que nadie se llevara al fraile. El 10 de agosto de 2023, al final de la santa misa del aniversario de la ordenación sacerdotal del fraile con estigmas, ocurrió lo peor: un joven albañil, Donato Centra, gritó al padre Pío armado con una pistola: «Vivo o muerto, aquí te quedarás». El hombre fue bloqueado inmediatamente por los fieles y el Padre Pío fue puesto a salvo.

El testamento

Dos días después, el 12 de agosto, para calmar los ánimos, el Padre Pío escribió su «testamento espiritual». Era una carta dirigida al entonces alcalde de San Giovanni Rotondo, Don Ciccio Morcaldi, en la que pedía perdón por el hombre y por cualquiera que hubiera sido culpable de algún mal por su culpa: «No quiero que ni un pelo de mi cabeza sea dañado, ni siquiera ocasionalmente, por nadie. Siempre he amado a todos, siempre he perdonado», escribió el fraile capuchino.

Y añadía: «Si, como me habéis informado, se ha decidido mi traslado, os ruego que hagáis todo lo posible para que se cumpla la voluntad de los superiores, que es la voluntad de Dios y a la que obedeceré ciegamente. Recordaré siempre a este generoso pueblo en mis pobres y asiduas oraciones, implorando para él paz y prosperidad».

El fraile decidió el destino de sus restos mortales, pidiendo no ser enterrado en su país de origen, Pietrelcina

La sepultura

En la carta, el Padre Pío hace una petición precisa sobre su sepultura: «Como signo de mi predilección, ya que no puedo hacer otra cosa, expreso el deseo de que, si mis superiores no se oponen, mis huesos sean depositados en un rincón tranquilo de esta tierra. Con observancia lo digo todo en el dulce Señor». Así pues, el fraile decidió el destino de sus restos mortales, pidiendo no ser enterrado en su país de origen, Pietrelcina, sino en el de adopción, en San Giovanni Rotondo. Un acto de amor por aquella tierra, pero también una forma de vincularse indisolublemente a los numerosos fieles que allí le veneraban. Esperando, con esa decisión, rebajar la tensión que por entonces se había generado.

El testamento espiritual del Padre Pío, que mostraba apertura hacia las decisiones de la Iglesia, aunque fueran negativas para él, unido a la movilización de la gente, tuvo un efecto positivo. El 17 de agosto de 1923, preocupadas por la agitación popular, las autoridades eclesiásticas suspendieron el traslado del Padre Pío.

Otra fecha importante para el fraile capuchino será el 23 de septiembre de 2023, cuando la reliquia del corazón de San Pío de Pietrelcina volverá a estar expuesta a la devoción de los fieles en la fiesta litúrgica del 23 de septiembre, que coincide con el aniversario de su muerte (el 23 de septiembre de 1968).

Transverberación

La preciosa reliquia, tras el reconocimiento canónico y posterior tratamiento de conservación en 2008, se conserva en un relicario realizado por el orfebre franco-georgiano Goudji, bendecido por el Papa Benedicto XVI el 21 de junio de 2019 durante su peregrinación a San Giovanni Rotondo.

El relicario se encuentra actualmente en la celda número 5 del Convento de Santa Maria delle Grazie. El Padre Pío vivió allí durante treinta años.

Pero la razón principal de la presencia de la reliquia en la celda número 5 es su referencia directa a la «herida mística de amor» de la transverberación, un dolorosísimo golpe de lanza infligido el 5 de agosto de 1918 en el costado del Padre Pío por un «personaje celestial». Una herida, esta, dirigida al corazón, que anticipó la estigmatización del 20 de septiembre siguiente.