La Iglesia japonesa protesta contra el «acto atroz» del vertido de agua de Fukushima
«Nuestra decisión de no permitir nunca este acto atroz es una cuestión de ética y de responsabilidad para con la tierra del mañana y los niños del futuro. La Iglesia Católica cree que este mundo ha sido creado por Dios para ser extraordinariamente bueno», señala la Iglesia japonesa en el comunicado
La Iglesia de Japón ha difundido un comunicado a través de la Comisión de Justicia y Paz en el que expresa su oposición a verter en el océano Pacífico el agua utilizada para enfriar el núcleo de la central nuclear de Fukushima.
El vertido de aguas comenzó el pasado miércoles y, a pesar de las garantías del gobierno de Tokio, la decisión provocó fuertes protestas en muchas partes de la región del Pacífico.
Las garantías prometidas por TEPCO –la empresa que explota la central nuclear– sobre las muestras de agua en las que no se detectarían cantidades significativas de tritio, son fuertemente cuestionadas por la sociedad civil japonesa. En este sentido, también la Iglesia nipona, que ya se pronunció hace dos años junto a la Iglesia de Corea del Sur, ha vuelto a hacerlo con esta nueva nota.
Amenaza los productos pesqueros y pone en peligro la seguridad de los países del Pacífico
Contaminación del mar
Según informó Agencia Fides, grupos ambientalistas, consejos estudiantiles y organizaciones de la sociedad civil se manifestaron en Japón y especialmente en Corea del Sur, donde la Federación Coreana de Movimientos Ambientalistas denunció la medida de Tokio que «amenaza los productos pesqueros y pone en peligro la seguridad de los países del Pacífico». En los últimos días, la Federación ha promovido marchas callejeras y manifestaciones silenciosas, a la luz de las velas, con una marcha pacífica hacia la oficina presidencial afirmando que «Japón está provocando un desastre irreversible para Corea del Sur y los países del Pacífico» y definiendo el vertido del agua de Fukushima como «un acto lento y silencioso de terrorismo nuclear».
Dos organismos eclesiales, la Comisión de Medio Ambiente y Ecología y la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Corea del Sur, junto con otras 42 organizaciones diocesanas de todo el país, reafirmaron su oposición a la elección del gobierno japonés de verter en el mar el agua radioactiva.
En una declaración conjunta publicada a finales de junio expresaron su «extrema preocupación» por la decisión que se ha tomado a pesar de la opinión contraria de grupos ecologistas, científicos y comunidades pesqueras.
Los grupos católicos rechazaron la explicación del gobierno japonés de que «la contaminación causada por la fuga radiactiva se está calmando y la zona de Fukushima es segura». El comunicado citó un documento titulado Informe de análisis sobre la contaminación radiactiva de productos agrícolas y ganaderos japoneses, publicado por el Centro Ciudadano de Monitoreo de Radiación y la Federación Coreana de Movimientos Ambientales en abril de 2023. El informe encontró una amplia gama de contaminaciones radiactivas en productos alimenticios en el 5,3% de los productos marinos, en el 21,1% de los productos agrícolas y en el 2,6% de los productos animales.
La Iglesia Católica cree que este mundo ha sido creado por Dios para ser extraordinariamente bueno
Contra la creación de Dios
De acuerdo con estos datos, aseguran que se debería adoptar un principio de prudencia y cautela hacia la salud humana y hacia el ecosistema. Ya en 2021, los obispos coreanos y japoneses publicaron una declaración conjunta en la que se expresaban contra el vertido de agua de la central de Fukushima al mar, indicando que se debía de proteger en primer lugar la salud de la humanidad y la vida de la Creación.
En este nuevo escrito escrito divulgado por Justicia y Paz, los obispos señalaron que «el gobierno debería escuchar con humildad las protestas de los habitantes locales, de los pescadores de Asia Oriental, de los isleños del Pacífico y de otras personas dentro y fuera del país».
Protestamos enérgicamente contra la liberación de agua tratada al océano por parte del gobierno
«El gobierno dice que el tritio, un radionúclido contenido en el agua tratada de la central nuclear de Fukushima Daiichi de TEPCO, existe en la naturaleza y es emitido por todas las centrales nucleares en funcionamiento, no sólo por la de Fukushima Daiichi. Sin embargo, se ha señalado que el tritio que ingresa en el cuerpo de los organismos vivos es absorbido por las células y permanece durante mucho tiempo. Se acumula y se concentra en la cadena alimentaria. Por lo tanto, el tritio no debería liberarse en el océano por ningún motivo».
Los obispos además señalaron la especificidad de estas aguas con respecto a las de otras centrales, porque en Fukushima «entraron en contacto directo con restos de combustible fundido» debido al accidente nuclear.
“Todas las destrucciones del medio ambiente son un problema que deriva de nuestra negligencia de creer que una cierta cantidad es tolerable. Nuestra decisión de no permitir nunca este acto atroz es una cuestión de ética y de responsabilidad para con la tierra del mañana y los niños del futuro. La Iglesia Católica cree que este mundo ha sido creado por Dios para ser extraordinariamente bueno. Todo lo que Dios ha creado está conectado y se necesita mutuamente«. El comunicado finalizó recordando que »como custodios de esta conexión, nosotros, el Consejo Católico de Japón para la Justicia y la Paz, protestamos enérgicamente contra la liberación de agua tratada al océano por parte del gobierno".