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Vista aérea de la central nuclear de Fukushima, en JapónEFE

El Vaticano alerta ante la ONU sobre los graves daños de las pruebas nucleares

Durante la reunión conmemorativa por el día internacional contra los ensayos nucleares, el arzobispo Gabriele Caccia, reiteró el pleno apoyo de la Santa Sede a la entrada en vigor del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares

La Santa Sede a través de el arzobispo Gabriele Caccia, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, mostró una vez más su apoyo a la ONU reiterando la importancia de la entrada en vigor del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. Esta declaración tuvo lugar durante la reunión plenaria de alto nivel de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), realizada para conmemorar el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares (IDANT). Estos ensayos causan graves daños a las poblaciones de los territorios afectados, además de a la fauna y flora del territorio.

Durante ese encuentro, monseñor Caccia dijo en su discurso que la Santa Sede «está también en favor de reforzar la prohibición de los ensayos de explosivos nucleares, contenida en el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares».

¿Qué es este tratado?

El Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE) es un tratado internacional, por el cual cada Estado parte de la Unión Europea se compromete a no llevar a cabo una explosión de prueba de arma nuclear u otra explosión, en cualquier entorno. Ese tratado se firmó en septiembre de 1996, pero no entró en vigor; para ello, los 44 Estados enumerados en el anexo 2 del tratado deben ratificar el texto; sin embargo, hasta 2019 solo 36 de ellos lo habían hecho, según señala AICA.

El riesgo de las armas nucleares

El observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas recordó la invitación del Papa Francisco a la comunidad internacional a extraer lecciones de la situación «de quienes se vieron afectados por los ensayos nucleares». En su mensaje pronunciado en la Conferencia de Viena sobre el impacto humanitario de las armas nucleares, el 7 de diciembre de 2014, el Papa llamó a las víctimas de los ensayos de armas nucleares «voces proféticas», porque presentaron con fuerza al mundo «los riesgos de las armas nucleares, que tienen el potencial de destruirnos y destruir la civilización».

El arzobispo Caccia recordó la primera prueba nuclear, realizada hace 78 años en Nuevo México, que desató una carrera armamentista y pruebas de dispositivos nucleares a lo largo de la segunda mitad del último siglo. Evocó, además, las graves consecuencias de estas pruebas, «en particular el desplazamiento de poblaciones, los problemas de salud que afectan a varias generaciones, el envenenamiento del agua y de los alimentos, y la ruptura de los vínculos espirituales entre los pueblos y la Tierra, nuestra casa común».

Los que más sufrieron son los pueblos indígenas, las mujeres y los niños que recibieron poca ayuda, mientras que los Estados involucrados, advirtió, «tienen la obligación moral y jurídica de restaurar vidas, comunidades y ecosistemas dañados por estas pruebas».

Prohibición de armas y pruebas

Por eso, el representante de la Santa Sede advirtió: «Desafortunadamente, las perspectivas de reanudación de los experimentos con explosivos nucleares siguen siendo reales», y agregó que es necesaria una respuesta ante este riesgo.

Monseñor Caccia, además de reiterar la posición de la Santa Sede en favor de la entrada en vigor de este Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, pidió reforzar la prohibición de los ensayos de explosivos nucleares contenidos en las armas nucleares (TIAN), orientado este último hacia la objetivo fundamental de un «mundo libre de armas nucleares».

Por último monseñor Caccia concluyó con unas palabras del Papa Francisco en las que afirma que «la prohibición universal de los ensayos con explosivos nucleares y la restauración de vidas y entornos dañados por esos ensayos ofrecen un camino a seguir». Y pone como meta «construir un clima de confianza y diálogo sincero» en oposición a la realización de dichos ensayos.