Fundado en 1910

Padre Emilio Manso. Capilla de las religiosas nazarenas

El padre Manso: un sacerdote guía de seminaristas y obispos

El padre Manso es un sacerdote miembro del Instituto Secular Cruzados de Santa María, fundado por el padre Morales, caracterizado por la fidelidad al Papa, el amor a la Virgen, la defensa de la familia, el apostolado con los jóvenes, la promoción de la cultura cristiana y el compromiso con la nueva evangelización

El padre Emiliano Manso es un sacerdote secular diocesano incardinado en la diócesis de Palencia, miembro del Instituto Secular Cruzados de Santa María, fundador de la Sociedad Sacerdotal Santa María de los Apóstoles, una asociación pública de fieles clerical, formada por sacerdotes diocesanos. El Debate ha charlado con el padre Manso, haciendo un recorrido por su extensa y fructífera vida al servicio de la Iglesia.

Vocación temprana

El padre Manso nació San Román de la Cuba (Palencia) en 1940, en el seno de una familia cristiana. Desde niño sintió la llamada al sacerdocio y entró en el seminario.

«Mi infancia estuvo marcada por la figura del sacerdote, influyó el deseo de ser como era el sacerdote de mi pueblo y hacer las cosas que él hacía, estar en la iglesia y rezar. A través de un sacerdote jesuita, el padre Lucio Rodrigo, profesor de Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Comillas, me hicieron un examen especial, en el que vieron que tenía vocación para entrar en el seminario» nos cuenta el padre Manso

A los 12 años ingresa en el Seminario Pontifico de Comillas, estuvo 6 años en el seminario menor y de allí pasa al seminario mayor, a la facultad de filosofía donde estudia 3 años y termina los últimos 4 años estudiando en la facultad de teología. En esos años en la distancia, aparece en la vida del padre Manso, la figura del padre Morales que había fundado el movimiento de los Cruzados de Santa María en 1954 como una asociación de laicos consagrados a Dios y a la Iglesia.

«Cuando fui ordenado sacerdote, en 1966, el padre Morales expresó su deseo de tener un sacerdote que atendiera a los cruzados, se informó en los veranos que iba a Comillas a través de los padres con los que sintonizaba más, como era el padre Nieto, del cual está introducida la causa de beatificación. Preguntó acerca de los que habíamos sido ordenados ese año quién podría ser. Los cruzados en ese momento era un grupo muy pequeño. Le dijeron que yo, y el padre Morales ni corto ni perezoso me escribió una carta durante mis vacaciones, pidiendo la atención espiritual de los cruzados en Madrid mientras estudiaba alguna cosa. El obispo me dijo que tenía que tenía que pasar un año en mi diócesis y me enviaron a Villada, a 9km de mi pueblo, así que mejor no me podían haber tratado», relata el padre Manso.

Maestro de vida

Pasado un año ahora es el padre Manso, el que escribe al padre Morales pidiendo ir a Madrid, donde se produce su primer encuentro personal.

«Tiempo antes de conocer al padre Morales, mi relación había sido con el superior laico de los cruzados, Abelardo de Armas, era con quien el padre Morales me indicó que hablara y con ellos estuve viviendo un año al llegar a Madrid. En ese curso en verano fui a unos ejercicios espirituales de mes que dirigía el padre Morales para un grupo de cruzados. Tenía que hablar con el padre en esos días con cierta frecuencia y allí empieza una relación muy estrecha. Al cabo de unos años ingresé en el instituto como sacerdote cruzado», nos cuenta el padre Manso.

En 1989 recibió del P. Morales el encargo de aglutinar y organizar las numerosas vocaciones sacerdotales que surgían entre los jóvenes de la Milicia de Santa María, movimiento apostólico de los cruzados, y que se dirigían a los seminarios diocesanos. Orientó muchas de esas vocaciones al Seminario Mayor de la archidiócesis de Toledo. Algunas de estas vocaciones hoy son figuras relevantes de la Iglesia en España.

«Me acuerdo de todos, el primero de ellos fue Francisco César García Magán, hoy obispo auxiliar de Toledo y secretario general de la CEE. Recuerdo con inmenso cariño cuando fui con su padre, Paco, una tarde a hablar con el rector, don Estanislao, y se concertó que fuera a estudiar a Toledo. Durante todos los años de seminario de Francisco César una vez al mes iba con sus padres a visitarle, teníamos una relación muy estrecha y preciosa. Otro de los chicos a los que guie al seminario de Toledo fue a Jesús Sanz, hoy arzobispo de Oviedo, un hombre muy valioso, con una sensibilidad especial, al que dirigía cuando iba los veranos a Comillas. Quiero destacar a Juan Carlos Elizalde, actual obispo de Vitoria, íntimo desde que él me dice que quiere ser sacerdote, estando juntos en la Cruzada, yo le acompaño hasta que sale del instituto, pero sigue siendo una relación muy estrecha»

El padre Manso es el fundador de la Sociedad Sacerdotal Santa María de los Apóstoles, asociación de sacerdotes de derecho diocesano, que fue erigida canónicamente en la Archidiócesis de Toledo en 1999. Es fruto de su ministerio sacerdotal acompañando las vocaciones sacerdotales que surgían en la obra del padre Morales, que, con su bendición, iría guiando hasta llegar a ser una asociación sacerdotal. En ella se unen la herencia espiritual del padre Morales a la vocación a la santidad propia del sacerdote secular diocesano, inspirada en sus modelos, los santos Apóstoles.

Monseñor Fabio Duque Jaramillo y el padre Emiliano Manso

El modelo de los apóstoles

«La Sociedad Sacerdotal Santa María de los Apóstoles, surge porque había muchos militantes –hoy no hay tantos– que querían ser sacerdotes, pero no todos podían entrar en la Cruzada, ya que no es un instituto sacerdotal sino laical. El padre Morales veía que debían ir a los seminarios diocesanos, como los sacerdotes, hoy obispos que te he comentado, pero que siguieran unidos y así es como surge. Ese es el deseo, después ha habido tantas dificultades en el camino, hasta hoy, que es un grupo de buenos sacerdotes. La Sociedad Sacerdotal es una ayuda, un lugar, sobre todo a los sacerdotes jóvenes, donde puedan vivir su sacerdocio con un ritmo de vida y unas exigencias básicas del sacerdocio, pero no en solitario. El sacerdote diocesano vive muy solo, que parece que les da una libertad mayor, pero es algo muy arriesgado y para eso está la Sociedad Sacerdotal Santa María de los Apóstoles»

El padre Manso es un sacerdote apóstol, que se inspira en el modelo de los santos Apóstoles, llamados junto a Cristo para ser sus amigos y para servir a sus hermanos haciendo sus veces, ha sido un referente para muchos jóvenes que han sentido la vocación al sacerdocio o a la vida consagrada, y les ha ayudado a discernir y a seguir su camino con generosidad y alegría.

El padre Emiliano Manso es, sobre todo, un sacerdote amigo, que sabe escuchar, comprender y orientar con sabiduría y cercanía. Su trato afable, su sentido del humor, su disponibilidad y su entrega han hecho que muchos le consideren como un padre espiritual, es un regalo para la Iglesia y para todos los que le conocen.