El edificio, de aspecto sobrio por fuera, alberga en su interior la Capilla Sixtina del maestrazgo. La construcción del templo se remonta al siglo XV, como conmemoración de un milagro; si bien, los frescos son posteriores, del XVII. Los impresionantes murales son obra del pintor Pascual Mespletera en los que representó distintos santos y hazañas de los Evangelios. Las escenas van desde la Santísima Trinidad, Jesucristo, la Virgen, hasta san Miguel contra el dragón, el infierno, los cuatro evangelistas, los doce apóstoles, los siete gozos de la Virgen, santo Domingo y la bóveda celestial.