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Un soldado israelí en la frontera de Israel con El LíbanoEFE

Entre el fuego cruzado: los cristianos de la frontera libanesa-israelí sufren la violencia de Hezbolá e Israel

Los cristianos del Líbano representan alrededor del 40 % de la población del país, según estimaciones oficiosas, ya que no se realiza un censo desde 1932

La reciente escalada de tensión entre el grupo chií libanés Hezbolá y el ejército israelí ha puesto en riesgo la vida y la seguridad de miles de civiles que habitan en la zona fronteriza entre ambos países, entre ellos varias comunidades cristianas que llevan décadas conviviendo con el conflicto.

La zona fronteriza, donde conviven cristianos, musulmanes y drusos, ha sido escenario de enfrentamientos entre Israel y la milicia chií libanesa Hezbolá, aliada de Irán y Siria, que domina el sur del Líbano y que ha expresado su apoyo a la causa palestina. En los últimos días, se ha producido un intercambio constante de disparos entre Israel y el grupo militante, en Líbano, ofensivas que comenzaron poco después de que el grupo terrorista Hamás atacara brutalmente a Israel el 7 de octubre pasado.

Los recientes enfrentamientos representan la escalada más grave desde la guerra del Líbano de 2006, que dejó 250 militantes muertos de Hezbolá, más de mil civiles libaneses y unos 160 soldados israelíes muertos.

Temor y esperanza

Los cristianos de la frontera del Líbano con Israel viven con temor y esperanza ante el conflicto que enfrenta al Estado hebreo con el grupo islamista Hamás en la Franja de Gaza, El Debate ha podido hablar con dos de estos cristianos, que cuentan con miedo lo que están viviendo.

«Estamos preocupados por lo que pueda pasar. No queremos otra guerra. Ya hemos sufrido bastante», dice a El Debate Georges, un cristiano maronita que vive en la aldea de Rmeish, situada a pocos kilómetros de la llamada línea azul que separa el Líbano de Israel.

Georges, que trabaja como agricultor, cuenta que los cohetes lanzados por Hezbolá cayeron cerca de su casa y que tuvo que refugiarse en el sótano junto con su familia. «Fue un momento de mucho miedo. No sabíamos si iban a seguir disparando o si iba a haber una invasión», relata.

Somos libaneses y queremos vivir en pazGeorgesCristiano maronita que vive en Rmeish

El cristiano asegura que no comparte la ideología ni las acciones de Hezbolá, pero que respeta a sus vecinos musulmanes que sí lo apoyan. «Somos libaneses y queremos vivir en paz. No nos metemos en política ni en religión. Cada uno tiene su fe y su opinión», afirma.

Georges dice que reza por la paz en Oriente Medio y por el fin del sufrimiento de los palestinos e israelíes. «Todos somos hijos de Dios y hermanos. No tiene sentido matarse unos a otros. Ojalá haya una solución pacífica y justa para todos», expresa.

Otro cristiano que vive en la frontera es Joseph, un profesor de inglés que reside en la ciudad de Marjayoun, también cercana a Israel. Joseph dice que está acostumbrado a escuchar los bombardeos y los aviones israelíes sobrevolando el cielo, pero que no pierde la esperanza de un cambio. «Somos una minoría cristiana en el Líbano y en Oriente Medio, pero tenemos una misión de ser testigos del amor de Cristo y de construir puentes entre las diferentes comunidades», dice a El Debate.

Es posible una convivencia pacífica si hay voluntad política y respeto mutuoJosephProfesor de inglés en Marjayoun

Joseph señala que los cristianos tienen una buena relación con los musulmanes y los drusos, y que participan en actividades sociales y culturales conjuntas. «No hay odio ni discriminación entre nosotros. Somos amigos y nos ayudamos mutuamente», asegura.

El profesor también dice que reza por la paz y por el diálogo entre Israel y Palestina. «Creo que es posible una convivencia pacífica si hay voluntad política y respeto mutuo. No podemos seguir viviendo en un estado permanente de guerra y tensión», opina.

Los cristianos del Líbano representan alrededor del 40 % de la población del país, según estimaciones oficiosas, ya que no se realiza un censo desde 1932. La mayoría pertenecen a la Iglesia maronita, una Iglesia católica oriental en comunión con Roma, pero también hay otras confesiones cristianas como ortodoxos, católicos melquitas, protestantes o armenios.

Los cristianos libaneses han sufrido las consecuencias de las guerras y los conflictos internos y externos que han azotado al país desde su independencia en 1943. Muchos han emigrado a otros países en busca de mejores oportunidades y seguridad. Sin embargo, los que se quedan mantienen viva su fe y su esperanza en un futuro mejor para el Líbano y para toda la región. «Somos una luz en medio de las tinieblas. No nos vamos a apagar», concluye Joseph.