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Jordi FaulíDr. Guillermo Simon Castellví

Jordi Faulí, arquitecto de la Sagrada Familia: «Es imposible acabar la torre central antes de finales de 2025»

El director de las obras de la basílica celebra la culminación del conjunto de las torres de los Evangelistas, que este domingo serán bendecidas en una misa encabezada por el cardenal Omella

Cuando Jordi Faulí empezó a trabajar en la Sagrada Familia, esta aún no tenía techo. Era 1990, el joven barcelonés tenía 31 años –los mismos que Antoni Gaudí cuando asumió la construcción de la obra– y se incorporaba al equipo de Jordi Bonet, entonces arquitecto director de las obras del templo. En 2012, Faulí sustituyó a su mentor en el cargo, y desde entonces ha liderado hitos como la finalización de la torre de la Virgen María, en plena post-pandemia.

Este domingo, Faulí celebra otro gran paso hacia la finalización del templo más icónico de Barcelona: la culminación del conjunto de los Evangelistas. El cardenal Juan José Omella celebrará la misa de bendición de las cuatro torres a las 17:30h, y después estas quedarán iluminadas hasta pasada la Navidad. Con motivo de este hito, Faulí atiende a El Debate para hablar del trabajo realizado, de lo que queda por hacer y de qué tiene que decir a la sociedad de hoy la gran catequesis en piedra de Gaudí.

Jordi Faulí, en el interior de la basílicaDr. Guillermo Simon Castellví

–En alguna ocasión ha explicado que Gaudí planteó la construcción de la Sagrada Familia por partes, «para dar un objetivo a cada generación». ¿Cuál es el de la nuestra?

–Gaudí proyectó el templo que creía que tenía que ser, aunque eso significase que él no lo vería terminado. Él sabía que dependería de los que viniesen después, y por eso se esforzó durante los últimos 12 años de su vida para dejar el máximo posible planificado. En vida vio terminada la fachada del Nacimiento, y después vinieron la de la Pasión, las naves, la sacristía… y hasta hoy. Nuestro objetivo actual es clarísimamente acabar las seis torres centrales.

–De estas seis, hay terminadas cinco —la torre de la Virgen María y las de los cuatro Evangelistas—, y falta acabar la torre central, la de Jesús. La previsión oficial es terminarla en 2026, pero hay quien conjetura que podría estar acabada antes…

–No, lo siento. Tal vez a finales de 2025, pero antes de eso no es posible. Además, en 2026 celebraremos 100 años de la muerte de Gaudí. El año que viene enseñaremos —si Dios quiere— el prototipo de una parte de la cruz que coronará la torre, a escala natural.

–Una vez terminada la torre central, ¿el siguiente paso será ya construir la fachada principal, la de la Gloria?

–Bueno, quedarán algunas partes como la segunda sacristía, otras dos capillas… pero como elemento importante, sí.

Maqueta del proyecto de la Sagrada Familia vista desde arribaDr. Guillermo Simon Castellví

–Cada fachada de la Sagrada Familia es una obra de arte en sí misma. ¿Qué podemos esperar de esta tercera, a nivel visual?

–Nuestro objetivo es hacer realidad tanto arquitectónica como simbólicamente la maqueta que dejó Gaudí, una pieza de tres metros de altura. Aunque se destruyó en 1936, como todas las maquetas, tenemos trozos, fotografías y descripciones. Gaudí quería que cada fachada transmitiese el sentimiento de lo expresado en ella; por eso la del Nacimiento comunica alegría y gozo de vivir, mientras que la de la Pasión muestra el dolor y sufrimiento de la muerte de Cristo. La fachada de la Gloria busca expresar aquello que no conocemos: la vida eterna, la gloria de estar en presencia de Dios.

–¿Cómo se comunica esto en piedra?

–Gaudí plantea un conjunto de 16 grandes trompetas, que van creciendo de altura desde los laterales hacia el centro, para comunicar un sentimiento de elevación. Quedarán como colgadas, y debajo de ellas habrá un atrio extraordinario, de 54 metros de altura, que será la entrada a la basílica. Allí estará todo el contenido simbólico: desde el infierno hasta lo más alto, con los santos y ángeles en presencia de Cristo. En la parte inferior se mostrará cómo llegar al cielo, empezando por el Padrenuestro [las puertas esculpidas por Subirachs] y siguiendo por los sacramentos, las obras de misericordia, las bienaventuranzas y los oficios, en los que Gaudí hace mucho énfasis, como camino de servicio a los otros y, por tanto, de santidad.

–¿Ya están escogidos los escultores que trabajarán en esta fachada?

–Aún no. La previsión es hacer un concurso, pero aún no está previsto cuándo ni cómo se escogerán.

Jordi FaulíDr. Guillermo Simon Castellví

–Frente a la fachada, el proyecto contempla unas escalinatas sobre la calle Mallorca, para lo que habría que expropiar las fincas que hay delante del templo, en las que ahora hay viviendas. ¿En qué punto están las negociaciones con el Ayuntamiento? ¿Ha habido novedades con el cambio de Gobierno?

–Por ahora no ha habido ninguna conversación. Cuando se firmó el convenio con el Ayuntamiento en 2019 se dijo que en el futuro habría una segunda fase que serviría para acabar el proyecto de Gaudí. Se ha de hacer con diálogo y encontrando soluciones justas para todos.

–Buena parte de la financiación de las obras de la Sagrada Familia procede de los visitantes. ¿Se ha recuperado el ritmo, que quedó afectado por la pandemia?

–La pandemia supuso un cambio: fueron dos años sin visitantes, y bastantes meses sin actividad constructora. Se retomó poco a poco, con el objetivo de acabar la torre de María [que se inauguró el 8 de diciembre de 2021]. Al coronarla, con la estrella quisimos comunicar a todas las personas algo de esperanza en el futuro. Gracias a Dios, hoy hemos podido recuperar las visitas hasta niveles previos de la pandemia.

–Hablemos del proceso constructivo. La Sagrada Familia empezó a construirse en 1882, y Gaudí murió en 1926. ¿Cómo se termina la obra de un arquitecto que ya no está?

–Como te decía, Gaudí era muy consciente de que él solo construiría una parte del templo. Por tanto, una de sus tareas fue estructurar el proyecto de modo que sus sucesores pudiesen construirlo siguiendo sus ideas. Lo hace de tres maneras: definiendo muy claramente el conjunto del proyecto, tanto en lo arquitectónico como en el contenido teológico; definiendo al detalle algunas partes del edificio que puedan servir de modelo más adelante para otras —por ejemplo, las seis torres centrales siguen el modelo de la sacristía, que Gaudí dejó definida en forma de maqueta—, y usando tres o cuatro formas geométricas que se repiten y combinan en toda la Sagrada Familia. Esto último permite interpretar adecuadamente las maquetas y dibujos, y establecer leyes que luego se aplican a otras partes del templo.

La Sagrada Familia, como nunca la habías vistoDr. Guillermo Simon Castellví

–¿Cómo han ayudado los avances tecnológicos a interpretar y construir la Sagrada Familia?

–Gaudí planteó un reto constructivo que él pensó que era posible, pero que hemos ido acometiendo usando las tecnologías de cada momento histórico. Por ejemplo: Gaudí no tenía los recursos técnicos para construir los terminales de la fachada del Nacimiento con piedra, y los hizo de hormigón armado, pero gracias a los avances informáticos hemos podido plantear una estructura de piedra en las nuevas torres, gracias a unas barras de hierro interiores que tensan y otorgan mayor resistencia.

–Hay quien ve en la arquitectura contemporánea cierta «lucha de egos», pero en la Sagrada Familia parece que ocurre lo contrario: varias generaciones de arquitectos colaborando para acabar un único proyecto con la firma de otro.

–Bueno, es normal que los despachos de arquitectos intenten promoverse y desarrollar su creatividad, pero nosotros no nos vemos así: nos vemos como colaboradores de Gaudí. Nuestro único objetivo es construir lo que él proyectó, y por eso seguimos sus ideas y su forma de trabajar. Cuanto más se vea a Gaudí en la Sagrada Familia, mejor.

–Se habla de la Sagrada Familia como una catequesis en piedra. Usted se confiesa católico: ¿su fe le ayuda en su trabajo?

–La fe ayuda, pero no es garantía, porque uno ha de trabajar con todo el equipo para hacer la iglesia conjuntamente. Con esfuerzo, dedicación y humildad. Pero sí, a mí me ayuda, sin duda.

Maqueta de cómo será la Sagrada Familia cuando finalice su construcciónDr. Guillermo Simon Castellví

–La Barcelona de hace 140 años no es la de hoy. ¿Cómo dialoga la catequesis de la Sagrada Familia con los vecinos y visitantes?

–Gaudí dejó dicho: «Vendrá gente de todo el mundo a ver lo que hacemos», y yo lo interpreto como que vendría gente muy diversa. Algunos serán católicos, o cristianos, y reconocerán su fe. Pero también vendrá gente con otras creencias, o agnósticos, y todos ven belleza en la Sagrada Familia. Una belleza —como te decía antes— que comunica la alegría de vivir, pero también la realidad del dolor. La Sagrada Familia está abierta a todo el mundo: está claro que es una iglesia cristiana, pero es un espacio de acogida que se ofrece a todos.

–Por concluir: en estos 33 años que lleva trabajando en la Sagrada Familia, ¿cuál ha sido el momento más emotivo?

–Fue en 2010, durante la visita en la que el Papa Benedicto XVI consagró el templo y lo elevó a categoría de basílica. Hubo un momento que simbolizó la culminación de la construcción de las naves: cuando entró el papa en la iglesia, se sentó y miró hacia arriba. Y estuvo unos momentos contemplando aquel bosque de piedra y luz proyectado por Gaudí para este espacio de la salvación eucarística.