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Fotograma de la película de Los Miserables, basada en la obra de Víctor Hugo

Charles-Bienvenu de Miollis, el obispo de 'Los Miserables' de Víctor Hugo que podría llegar a santo

Durante sus 32 años de episcopado, monseñor Bienvenido se caracterizó por su generosidad inagotable para aliviar la falta de recursos de los pobres

Charles-Bienvenu de Moillis fue obispo de la francesa diócesis de Digne. Su nombre quizá no sea muy conocido, aunque fue él quien inspiró la figura de Charles-François-Bienvenu Myriel –también conocido como monseñor Bienvenido–, uno de los personajes fundamentales de los inicios de la novela Los Miserables de Víctor Hugo. La diócesis que él mismo encabezó acaba de anunciar que han abierto la causa de beatificación del obispo, tras la aprobación de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal francesa, clausurada el pasado 8 de noviembre en Lourdes.

«El obispo de Miollis es sin duda el obispo más conocido del mundo y, al mismo tiempo, ¡nadie sabe que realmente existió!», comentó Emmanuel Gobilliard, actual sucesor de monseñor Bienvenido. «Verdaderamente vivía entre los pobres y dejó una profunda impresión en Víctor Hugo, que hubiera querido conocerlo y pasó veinte años pensando en cómo retratarlo en Los Miserables», añadió el obispo de Digne.

Charles de Bienvenu de Moillis nació en Aix-en-Provence, cerca de Marsella, en 1753 y fue ordenado sacerdote en 1777. Junto con otros clérigos, se negó a prestar juramento a la Constitución Civil del Clero durante la Revolución Francesa, por lo que tuvo que exiliarse varios años en Italia. A su vuelta a Francia, fue nombrado por el Papa obispo de Digne. Era entonces 1806, y permaneció en el cargo hasta 1838, cuando envió su renuncia a Roma, agotado por las penurias.

Monseñor Bienvenido de Moillis, obispo de DigneMusée Gassendi

Según cuenta el diario católico francés La Croix, durante sus 32 años de episcopado, monseñor Bienvenido se caracterizó por su generosidad inagotable para aliviar la falta de recursos de los pobres. Siempre acudió en ayuda de las congregaciones religiosas desamparadas de Digne. Así, tras su muerte, muchos testigos de su obra caritativa recordaron la sencillez de su modo de vida, su caridad incansable y sus palabras justas.

Víctor Hugo cuenta uno de los primeros episodios, recién nombrado obispo. Al llegar a la diócesis, encontró que viviría en un amplio palacio. Mientras, el hospital era un centro de pequeño tamaño donde estaban hacinados los enfermos. «Mirad, señor director, aquí evidentemente hay un error. En el hospital sois veintiséis personas repartidas en cinco o seis pequeños cuartos. Nosotros somos aquí tres y tenemos sitio para sesenta. Hay un error, os digo; vos tenéis mi casa y yo la vuestra. Devolvedme la mía, pues aquí estoy en vuestra casa», escribió el escritor francés.

Se conserva todavía hoy el panegírico que un canónigo de su catedral llamado Bondil, pronunció después de haber fallecido el obispo. Bondil alabó su labor de reconstrucción de Digne tras la Revolución Francesa. Sus visitas misioneras por toda la región le dejó el apodo de «obispo de toda la Provenza». El canónigo cuenta de Moillis que se negó a que la Iglesia fuera subyugada por la política a pesar de las presiones napoleónicas.

En Los Miserables, Hugo intenta reflejar su personalidad y su preocupación por los pobres, que inspiró la escena en la que monseñor Bienvenido regala dos candelabros de plata más al protagonista, Jean Valjean, que acaba de robar la vajilla.