Los obispos apoyan «el grito desesperado» de las tractoradas de agricultores y ganaderos
El arzobispo de Oviedo y los obispos de Salamanca y Zamora defienden «a los agricultores y ganaderos que se manifiestan en nuestra tierra» y reclaman «no ser insensible a sus justas demandas»
Las tractoradas que están paralizando las carreteras de España para denunciar la situación de los agricultores y ganaderos españoles han encontrado un aliado en los obispos españoles, de un modo especial aquellos que cuentan con una importante población rural en sus diócesis.
El último en respaldar las tractoradas ha sido el obispo de Salamanca, monseñor José Luis Retana. En su carta pastoral con motivo de la Cuaresma, que la diócesis salmantina ha publicado íntegramente este lunes 12 de febrero, el prelado hace una referencia directa al «grito desesperado» de «los agricultores y ganaderos que estos días se manifiestan en nuestra tierra, en toda España y en Europa».
Denuncia de las trabas administrativas
El pastor de la sede castellano leonesa, cuya distribución parroquial tiene un marcado carácter rural, recuerda que «no podemos ser insensibles a sus justas demandas, expuestas de manera cívica», en alusión a las marchas de tractores que se están llevando a cabo a lo largo de la última semana.
Además de resaltar que el trabajo de la agricultura y la ganadería «es una forma de vida muy digna», monseñor Retana señala que «no podemos por menos que pensar en los jóvenes agricultores y ganaderos de nuestro mundo rural», que deben hacer frente a numerosos problemas «como las trabas administrativas, los bajos precios, la productividad controlada y subvencionada…». Problemas que, en palabras del obispo, «no reconoce, en muchos casos, la dignidad de estas personas, de sus familias y de su trabajo».
Así, además de pedir a los sacerdotes de su diócesis que tengan especialmente presentes a los manifestantes durante el ofertorio de cada Eucaristía –ese momento en que el presbítero ofrece el Pan y el Vino como «fruto de la tierra, de la vid y del trabajo del hombre»–, el prelado salmantino hace suyo «el grito desesperado» de los ganaderos y agricultores, «que no debería pasar desapercibido para la comunidad, porque no es el problema de unos pocos, sino de todos». «No podemos abandonarlos en sus justas reivindicaciones y en la atención pastoral que requieren», concluye.
Los obispos de Oviedo y Zamora, junto a los ganaderos
Monseñor Retana se suma así a las voces de otros obispos que ya habían cerrado filas con los agricultores y ganaderos, ante «las exigentes normativas ambientales, las fluctuaciones en los precios de los productos, la escasa flexibilidad de la Política Agraria Común y las consecuencias de la sequía», en palabras del prelado de Zamora, Fernando Valera.
El obispo zamorano ha reclamado que las administraciones públicas que «posibiliten que los hombres y mujeres del campo puedan seguir desarrollando su actividad en beneficio de toda la comunidad y asegurar su relevo generacional» con medidas políticas «capaces de integrar al sector en una economía moderna», y «superando el asistencialismo» actual.
Más contundente fue el arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz, quien en un tuit el pasado 6 de febrero denunciaba las políticas que dan la espalda a los trabajadores del campo por razones ideológicas, y mostraba su cercanía hacia los «agricultores y ganaderos, cuyos campos y cabañas están bajo mínimos con un desamparo notable por algunas administraciones varias». «Gente honrada en su duro trabajo que expresan sus derechos conculcados en toda Europa», añadía monseñor Sanz Montes, en alusión a las protestas de ganaderos y agricultores fuera de nuestras fronteras. Y concluía: «Menos ideología fútil y más solidaridad útil esperamos para ellos».