La clausura de la clausura: casi 150 monasterios han cerrado en España en los últimos diez años
En la última década, el ritmo de clausura de la clausura se ha acelerado, de manera que cada año han cerrado una media de 17 monasterios y la principal causa es la falta de vocaciones
El futuro de clausura es incierto. En el año 2012, había en España 860 monasterios, en los que vivían más de 10.000 monjes de clausura. En tan solo diez años, han cerrado sus puertas 148 de ellos. En la última memoria de actividades de la Iglesia, perteneciente al año 2022, se constata que ese mismo año había 712 monasterios y 7906 monjes de clausura.
En la última década, el ritmo de clausura de la clausura se ha acelerado, de manera que han cerrado una media de 17 monasterios al año. Esta reducción de la vida consagrada tiene su causa principal en la falta de vocaciones. En 2013 (del año anterior no figuran datos en la memoria) había un total de 10.899 de monjes de clausura, mientras que en 2022 no llegaban a los 8.000 –7.906 para concretar–.
Del 2023 todavía no hay datos, pero dos cierres que han saltado a los medios han sido los casos de las clarisas de Zamora y las Siervas de María de Badajoz, quienes en ambos casos han tenido que mudarse con hermanas de sus mismas órdenes pero en otras provincias.
En el convento de Santa Marina de Zamora vivían cinco clarisas, que han hecho las maletas y se han unido en León a su madre abadesa, que se tuvo que trasladar antes por motivos de enfermedad. Estas religiosas han vivido en Zamora desde hace 145 años. Allí eran conocidas por su repostería y sus bordados de oro. Por su parte, después de 133 años en Badajoz cuidando enfermos, las seis Siervas de María han echado la llave de la casa en la que vivían y trabajaban para no volver a abrirla, aunque no dudan que quizá algún día puedan volver.
La falta de vocaciones no garantiza el relevo generacional y en el convento de las Carmelitas Descalzas de Ronda lo saben bien. Antes de la pandemia, eran nueve hermanas, pero a fecha de 2024 solo quedan cuatro. Están en búsqueda de dos religiosas que quieran ir a vivir con ellas o les cerrarán el monasterio y tendrán que devolver la reliquia que custodian: la mano incorrupta de santa Teresa de Ávila. Según una exhortación del Papa, en una congregación tienen que vivir como mínimo seis monjes para que pueda permanecer abierta.
Esta misma situación llevó a dos monjas a atrincherarse en el que había sido su hogar, aunque no en España, sino en Italia. Ambas religiosas, del convento de Santa María en Ravello, protestaron contra el cierre de su comunidad y se negaron a abandonarla. Como consecuencia, el Vaticano los impuso un grave castigo y les retiró sus votos.