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Una religiosa en una iglesia en Gaza (archivo)EP

La parroquia católica de Gaza deja de celebrar la misa de tarde para ahorrar hostias

En el recinto de la parroquia latina se refugian unas 600 personas y en la vecina griega ortodoxa, unos 300 vecinos

«el mercado está vacío», afirma sor Nabila en una reciente entrevista con el digital francés La Croix, en la que ha añadido: «nos falta de todo». En estas circunstancias intenta sobrevivir la parroquia católica de Gaza a la guerra y la hambruna.

La religiosa, que es directora de la escuela del Rosario en el enclave palestino, denuncia también que no llega ayuda humanitaria al norte de la franja. La escasez de alimentos y productos básicos tiene como consecuencia que lo poco que hay se haya encarecido: «Antes de la guerra, un kilo de tomates costaba 1 euro, ahora cuesta casi 10», dice Nabila.

En el recinto de la parroquia latina se refugian unas 600 personas y en la vecina griega ortodoxa, unos 300 vecinos; ambas se encuentran cerca de una zona de bombardeos. La crisis ha llevado al vicario parroquial, el padre Youssouf, a «suprimir la misa de la tarde para ahorrar hostias».

El sacerdote Gabriel Romanelli, párroco de Gaza, ha denunciado ya en algunas ocasiones que no tienen harina ni trigo para hacer las hostias. «La comida ha sido racionada durante mucho tiempo y se ha eliminado la misa de la tarde para ahorrar hostias, hechas de forma casera, y vino», explica Romanelli.