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Faustino Sainz

Faustino Sainz, en el corazón de la diplomacia vaticana: «El mérito que tuvo como nuncio lo tuvo como español»

La nueva biografía del nuncio apostólico en Cuba, R.D. Congo o Reino Unido ha reunido para su presentación a personalidades como el vaticanista Antonio Pelayo y los diplomáticos Javier Rupérez y José Antonio Bordallo

Era 1979 y Javier Rupérez había sido secuestrado por ETA. El entonces diputado en las Cortes Generales fue mantenido cautivo durante 31 días, en un zulo. Uno de sus captores, sorprendido, le contó al diplomático que la primera persona que había pedido su liberación de manera pública había sido nada menos que Juan Pablo II. En ese momento, agradecido, Rupérez supo de inmediato que detrás del llamamiento del Papa viajero se encontraba su viejo amigo Faustino Sainz.

Esta anécdota la ha contado el mismo diplomático en la presentación de la biografía del sacerdote, este jueves 11 de abril. En este acto han participado también el autor de En el corazón de la diplomacia vaticana, Xavier Reyes Matheus, el vaticanista Antonio Pelayo, los embajadores Rupérez y José Antonio Bordallo y el hermano del homenajeado, Jesús Sainz. Mientras contaban sus recuerdos junto al nuncio se ha sucedido un carrusel de fotos en la gran pantalla: su niñez, recuerdos familiares, imágenes de sus distintos destinos y rostros tan reconocibles como Fidel Castro, Juan Pablo II, Isabel II, Benedicto XVI y la madre Teresa de Calcuta.

Portada de la biografía de Faustino SainzThorun Piñeiro

Jesús Sainz ha sido quien ha contado que las páginas se han escrito gracias al testimonio de 50 personas que conocieron a Faustino, desde el colegio hasta sus distintos destinos, pero también gracias a las misivas que él mismo envió a su familia durante sus estancias en el extranjero. Su hermano ha definido al diplomático como «discreto, humilde y sencillo, una persona extremadamente familiar».

Javier Rupérez y Faustino Sainz se conocieron durante su infancia, en el colegio de El Pilar. Años después se reencontraron en Helsinki, ya como jóvenes diplomáticos, en la Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Ambos fueron partícipes también de la firma de la renovación del Concordato entre la Santa Sede y España de 1955. No obstante, su relación fue más allá de lo profesional. Fue Sainz quien casó a Rupérez, quien bautizó a su primera hija, quien ofició el funeral de su esposa, celebró sus segundas nupcias y bautizó a su hija menor.

Jesús Sainz, durante la presentación del libroThorun Piñeiro

Uno de los destinos que marcaron un antes y un después en la vida de Faustino Sainz fue Zaire (hoy R.D. Congo), donde estuvo destinado seis años como nuncio apostólicos. En este país, entonces en guerra, conoció al diplomático español José Antonio Bordallo. Este ha definido al nuncio en Zaire como «un hombre volcado en la ayuda a los demás». En el país africano no había estado, ni partidos políticos, ni gobierno. Ha recordado Bordallo que quienes se encargaban de la población eran los 400 misioneros, «los diplomáticos de Dios», los ha llamado el diplomático. Pronto se dio cuenta de que su trabajo como embajador de España en Zaire tenía una única misión consular: facilitar el trabajo de la Iglesia en el país.

Tras una larga carrera diplomática, que comenzó con una llamada telefónica cuando era tan solo párroco rural en Somosierra, volvió al país que le vio nacer y a la casa familiar en Madrid. Su biógrafo, Xavier Reyes, ha resumido en unas pocas palabras su trayectoria, que incluyó momentos decisivos para la historia reciente del mundo como de la Iglesia católica: «Todo el mérito que tuvo como nuncio, lo tuvo como español».