Radiografía de la religión en Indonesia
Una minoría católica espera al Papa en Indonesia, el país con más musulmanes del mundo
De una población de casi 300 millones de personas, más del 87 % practican el islam y menos del 3 % el catolicismo
el viaje internacional número 45 del Papa Francisco va a ser el más largo de sus once años como obispo de Roma. Esta nueva y exigente gira internacional de once días (del 2 al 13 de septiembre de 2024) llevará a Bergoglio desde Roma a Indonesia, y de ahí a Timor oriental, Papúa Nueva Guinea y Singapur.
Mientras la pequeña isla cercana a Australia, Timor Oriental, es de mayoría católica, el mayor archipiélago del planeta con capital en Yakarta es el país con más musulmanes del mundo. De una población de casi 300 millones de personas, más del 87 % practican el islam y menos del 3 % el catolicismo.
Aunque en porcentaje son minoría, ese 3 % significa que unas 29 millones de personas son católicas. En comparación de la En el archipiélago existe la libertad religiosa, pero según explica el arzobispo de Yakarta, el cardenal Ignatius Suharyo, «la realidad sobre el terreno varía de un lugar a otro».
El cardenal confiesa enVatican News que la comunidad católica espera «con mucho entusiasmo» la visita de Francisco. El caso de Indonesia es único en el mundo; en ningún otro país conviven tantas religiones de manera tan pacífico. Cuenta Suharyo que muchos sacerdotes y religiosos proceden de familias musulmanas, hindúes o budistas.
«Antes de que Indonesia existiera, esta región estuvo colonizada por extranjeros durante más de 350 años», señala el arzobispo, que indica que ello ha contribuido en gran medida a esta convivencia. La historia del archipiélago está ligada a su pasado colonial, pero también más recientemente al Vaticano, pues este fue uno de los cinco países que reconocieron la declaración de independencia de Indonesia.
Según indica el arzobispo, la manera de entender el islam de la población es «abierta y tolerante» y el Estado está comprometido con garantizar la libertad de culto. «Podemos trabajar en diversas instituciones, incluidas las gubernamentales. Los domingos la gente va a misa. Algunos tienen que recorrer largas distancias para llegar al lugar de culto», cuenta Suharyo, que apostilla: «En general, podemos vivir en paz con nuestros vecinos».