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Clase de religión en Polonia

Los obispos polacos logran que la Justicia tumbe la reforma de la educación católica

El Gobierno planeaba reducir a una hora semanal la clase de Religión y eliminar la calificación de la nota media de los alumnos al final del curso

el Tribunal Constitucional polaco ha puesto freno al plan del Gobierno para reformar la asignatura de religión en los colegios públicos. Con una orden provisional se han suspendido los cambios que iban a entrar en vigor con el inicio del nuevo curso escolar en las próximas semanas. Esta decisión la ha tomado tras una reclamación, presentada por la presidenta del Tribunal Supremo del país a petición de la Iglesia católica y otras confesiones cristianas, de que la reforma era inconstitucional.

Hasta ahora, las clases de religión consistían en la enseñanza del catecismo, a través de profesores y programas educativos elegidos por la Iglesia, pero financiado por los centros públicos. Esta asignatura es optativa, pero a ella asisten la gran mayoría de los alumnos polacos.

No obstante, la reforma planteada por el Gobierno iba a permitir a los colegios formar clases de religión con alumnos de distintos años que hayan elegido la asignatura si en uno de los grupos hay menos de 7 niños. En el plan inicial se contemplaban tres agrupaciones distintas por cursos, una de 1º. a 3º. de Primaria, otra de 4º. a 6º. y un último de 7º. y 8º. Otras de las medidas propuestas era reducir a una hora a la semana la educación religiosa y eliminar la calificación de esta asignatura en la media de fin de curso de los alumnos.

Por esta razón, la Iglesia católica y el Consejo Ecuménico polaco (que aglutina las confesiones cristianas minoritarias) han solicitado a Małgorzata Manowska, presidenta del Supremo, que presentara una moción para verificar la constitucionalidad de la reforma. Entre los argumentos presentados por los obispos polacos, se encuentran que los cambios deberían haber sido acordados con las iglesias y que se pone en riesgo el empleo de los profesores de religión. Los prelados opinan también que la medida limita el acceso a la educación religiosa y viola el derecho constitucional de los padres a criar a sus hijos de acuerdo a sus creencias.

En respuesta a esta orden, la ministra de Educación, Barbara Nowacka ha afirmado en una entrevista televisiva que «no hay base» para que la Iglesia interfiera en la organización de los horarios escolares. Dado que el Gobierno no reconoce la legitimidad de algunos jueces del Constitucional, la cartera de Educación ha anunciado que no considera que la orden provisional tenga ningún efecto legal.

Por su parte, el presidente Andrej Duda ha advertido de que eliminar la asignatura de religión supondría «eliminar una parte inalienable de los polacos». «Es gracias a la religión, entre otras cosas, que hemos sobrevivido a los tiempos más difíciles, cuando fue en ella donde encontramos apoyo», aseguró.