La Santina de Covadonga, con el manto negro de luto por los muertos de Valencia
La patrona de Asturias ha portado durante el fin de semana el atuendo en señal de duelo
El santuario de Covadonga (Asturias) se ha unido al dolor por las víctimas de la terrible DANA de Valencia. La célebre imagen de la Santina ha sido ataviada con el manto negro de luto en señal de duelo. «En estos momentos dolorosos, en que tantas personas de nuestro país están sufriendo los efectos devastadores de esta Dana, desde el santuario de Covadonga elevamos una oración conmovida a nuestra Madre del Cielo, la Virgen María, para que cuide de sus Hijos», se lee en sus redes sociales. «Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre De Dios. Encomendamos a las todas personas fallecidas, pedimos por todos los desaparecidos, por las familias que se han quedado sin hogar y por los que se están entregando generosamente para ayudar», prosigue el texto. La Santina ha llevado el manto negro de luto a lo largo de todo el fin de semana en señal de duelo.
El nombre de Covadonga procede de la expresión latina Cova Dominica (que viene a significar Cueva de la Señora), la cual se ha ido transformando hasta llegar a la palabra actual: Covadonga.
Tras la Guerra Civil
Primitivamente, la oquedad de la Santa Cueva se encontraba recubierta de madera y era conocida como «el milagro de Covadonga», porque las vigas estaban incrustadas en la roca que parecía un milagro el que no se cayesen. En el año 1777 se produce en ella un incendio en el cual se pierde la imagen de la Virgen, joyas, cálices y todas las pertenencias que dentro se encontraban. La imagen actual es del siglo XVI y fue donada por el Cabildo de la catedral de Oviedo en 1778, como compensación a la pérdida de la imagen primitiva.
También en la Cueva se encuentra el sepulcro de Don Pelayo, encajado en la pared lateral derecha, antes de llegar a la imagen de la Virgen. Aunque originalmente fue enterrado en una iglesia cercana llamada Santa Eulalia de Abamia, sus restos, junto a los de su esposa Gaudiosa y su hermana, fueron trasladados a la Santa Cueva en tiempos de Alfonso X el Sabio, en el siglo XIII.
La actual capilla que hay en su interior es de estilo neorrománico y se construyó a principios de los años cuarenta, tras finalizar la Guerra Civil Española, y es obra del arquitecto Luis Menéndez Pidal.