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El hasta ahora arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en la coronación de Carlos IIIAFP

¿Quién será el próximo arzobispo de Canterbury? Así se elige a la cabeza de la Iglesia anglicana

Desde 1974, se encarga de elegir un nuevo ocupante del palacio de Lambeth la Comisión de Nombramientos de la Corona, aunque la elección final sea del primer ministro y el Rey

El arzobispo de Canterbury ha dimitido. La presión del resto de obispos anglicanos ha llevado a Justin Welby a dejar el camino libre para un sucesor, al asumir su responsabilidad en la gestión de un caso de abusos a menores. Más de 3.500 personas, entre autoridades anglicanas como laicos, habían pedido su abdicación al haber perdido la confianza del clero y su voz sobre moralidad por su inacción ante los presuntos delitos que cometió el ya fallecido abogado canadiense John Smyth, a quien se ha atribuido el haber abusado de más de un centenar de niños en los campamentos de verano que organizaba asociados a la Iglesia de Inglaterra.

La Iglesia anglicana se precipita ahora a la elección de un nuevo primado que suceda a Welby, electo en 2013 cuando renunció su antecesor, Rowan Williams. Hasta que se reúna la Comisión de Nombramientos de la Corona, el organismo opaco que designa a los arzobispos de Canterbury desde 1974, se espera que el prelado de York, Stephen Cottrel, sea ascendido, aunque solo sea por unos meses, hasta que los miembros de esta asamblea decidan quién será el próximo líder espiritual de esta comunión cristiana de todo el mundo.

No hay ni fumata blanca ni habemus Papam en Inglaterra. Será el primer ministro británico quien haga público el nombre del arzobispo de Canterbury después de que la Comisión de Nombramientos de la Corona le presente dos opciones, entre las que el laborista Keir Starmer tendrá que elegir, aunque primero tendrá que consultarlo con la Corona.

Durante los próximos meses, se sucederán las reuniones para evaluar los méritos de los distintos aspirantes. Dentro y fuera de los ambientes anglicanos se espera que puedan engrosar la lista de candidatos alguna obispa o un obispo de color, ya que sería «más representativo» de la Iglesia del Reino Unido.

Hay algunos favoritos en la terna, pero no se conocerán sus nombres hasta que finalmente uno sala elegido; de igual manera no se hará pública la identidad de la comisión que lo elegirá, que es un grupo estrictamente confidencial. Lo que sí se sabe, en cambio, es que está formada por 16 obispos, sacerdotes y laicos, entre los que se cuenta también al arzobispo de York. Su presidente es elegido directamente por Downing Street.

La sombra de la renuncia

Desde 1660 hasta 1902, todos los arzobispos de Canterbury murieron en el cargo. Randall Davidson, que llegó al palacio de Lambeth en 1903, fue el primero en renunciar al cargo en 1928. Desde entonces, solo ha habido uno que no haya dimitido, William Templo, quien murió en 1944 todavía como primado de la Iglesia de Inglaterra.

Para la carrera hacia la sede catedralicia, los favoritos van desde el arzobispo de York, Stephen Cottrel, conocido por su sencillez y respetado por su habilidad para encontrar siempre el punto de unión en los problemas que dividen a la Iglesia anglicana; hasta Guli Francis-Dehqani o Rose Hudson-Wilkin, obispas de Chelmsford y Dover, respectivamente. En las listas también han salido Martyn Snow, obispo de Leicester desde 2016, aunque originario de Indonesia o Graham Usher, obispo de Norwich, muy comprometido con el medio ambiente.

Hasta que alguno de los 107 obispos de la Iglesia de Inglaterra sea escogido de entre sus hermanos y hermanas, Justin Welby seguirá al cargo de algunas de sus funciones como arzobispo, como su puesto en la Cámara de los Lores y reuniones agendadas con víctimas de abusos. Aunque en su carta de renuncia informaba de que se mantendría apartado de sus responsabilidades sobre la salvaguardia, sobre todo en las políticas que se refieren a menores, la oficina de prensa del arzobispado se ha limitado a afirmar que su marcha definitiva se daría a conocer «a su debido tiempo».