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La imagen del cartel de esta experiencia inmersiva

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Una iglesia católica en Suiza pone a prueba un holograma de Jesús en el confesionario

El llamado IAJesús habla más de 100 idiomas y antes de comenzar su conversación advierte de la protección de datos

La inteligencia artificial ha llegado a las parroquias. En la capilla de san Pedro de Lucerna (Suiza) han instalado un holograma de Jesús con el que los feligreses pueden dialogar y que además actúa como confesor. El proyecto revolucionario, bautizado como Deus in machina (Dios en la máquina), explora los límites entre la tecnología y la fe.

Con solo pulsar un botón, el rostro de Jesús a través de la reja del confesionario comienza a responder y a moverse, perfectamente sincronizado. El holograma ha sido desarrollado por la universidad de Ciencias Aplicadas y Artes y en él han combinado algoritmos muy avanzados con textos religiosos. Esta IA puede hablar más de 100 idiomas y antes de comenzar a responder las dudas de su interlocutor le advierte: «No reveles información personal bajo ninguna circunstancia, utiliza este servicio bajo tu propio riesgo, presiona el botón si aceptas».

Tecnología frente a teología

No se trata de un plan para quitarles trabajo a los sacerdotes suizos. En realidad, el proyecto es parte de una exposición artística inmersiva con la que se pretende hacer reflexionar al usuario sobre los límites de la tecnología frente a la espiritualidad, la teología y la religión.

Ha habido críticas a este experimento, pero también entusiasmo. Su encargado, el teólogo Marco Schmid, se queda con que ofrezca a los fieles una experiencia más cercana de la inteligencia artificial y haya abierto el debate sobre las implicaciones éticas y espirituales de su uso en determinados ámbitos eclesiales. Hasta el próximo 28 de noviembre no se conocerán los resultados y conclusiones de este polémico ensayo.

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