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Sor Patrocinio

Un libro recoge el juicio plagado de errores contra sor Patrocinio, la célebre monja de los estigmas

Acusada de haberse causado las llagas para conseguir donativos para la causa carlista, esta religiosa contemplativa fue condenada al destierro

Cuarenta años de investigación le han valido al historiador Javier Paredes, especialista en el reinado de Isabel II, el dejar escritos y publicados cinco libros sobre sor Patrocinio, amiga y confidente de esta monarca española. Tras su gran monografía en 2023 sobre la religiosa contemplativa que sufrió los estigmas, llega ahora Arbitrariedad judicial contra sor Patrocinio, un acercamiento al juicio y posterior sentencia que tuvo que vivir la monja.

Acusada de haberse causado las llagas para conseguir donativos para la causa carlista, fue condenada al destierro. Durante su vida, fue abadesa de diecinueve conventos de clausura. Testigos de distintos extractos sociales, entre ellos la Reina de España Isabel II, dieron su testimonio en favor de sus revelaciones, de sus éxtasis, de sus milagros y, sobre todo, de sus estigmas extraordinarios.

El 13 de agosto de 1831 tuvo lugar la aparición de María Santísima que le dejó la imagen de la Virgen del Olvido, Triunfo y Misericordias, que sor Patrocinio llevó siempre consigo. Dicha imagen se venera en la actualidad en el Convento del Carmen de las Concepcionistas Franciscanas de Guadalajara, donde también reposan sus restos mortales.

El 19 de julio de 1907 se hizo público el decreto de apertura del proceso de canonización. En él tuvo gran relevancia el testimonio de la Reina Isabel II, quien escribió sobre ella:

He sido testigo de esto y puedo jurarlo con la mano puesta sobre mi corazón y sobre la imagen de Dios que me ha de juzgar. Contra ella se ha dicho todo lo malo que decirse puede; pero todo fue urdido por los emisarios del maldito Satanás, que, así como a los primitivos cristianos echaban los gentiles la culpa de cuantas desgracias ocurrían, así también los masones, si se encendía en España la guerra civil, si caía un ministerio, si se atentaba contra mi real persona, si se daba algún puesto a algún personaje, en seguida gritaban por medio de la prensa impía: «Son cosas de la monja sor Patrocinio»; y yo protesto delante de Dios y de los hombres que ella jamás tuvo parte en tales cosas, ni se mezcló nunca en cosas de gobierno ni de política. Y doy muchas gracias a Dios porque me ha conservado la vida hasta este momento en que puedo desmentir de una manera solemne todas las calumnias e imposturas que contra tan santa religiosa propagaron los enemigos de Dios y de la patria española. Aunque mi amada y venerada madre sor Patrocinio no tuviera a su favor más que la clase de hombres que la persiguieron, desterraron y calumniaron, tendría bastante para que cualquier persona sensata se formara un subido concepto de su virtud. La persiguieron los malos, los impíos, los enemigos de la Iglesia, prueba inequívoca de que ella no era de su bando, sino buena, piadosa y santa. Siento un indecible consuelo en dar esta declaración en los últimos años de mi vida, a favor de la inocencia y de la justicia perseguida. Ya moriré contenta, y Dios en cuya presencia hago esta declaración, la reciba en descuento de mis pecados y culpas y aumento de gloria que creo firmemente goza ya mi tan amada madre sor María de los Dolores y Patrocinio.

Precisamente por tener las llagas el Gobierno de Mendizábal la sometió a un proceso judicial en 1835 y la condenó al destierro. Javier Paredes utiliza este acontecimiento para trazar las líneas de lo que fue el sistema liberal español del siglo XIX y la persecución religiosa alentada por la masonería. Este proceso, y todas las irregularidades que se cometieron en él, es el que Javier Paredes aborda en su nuevo libro, donde se desvela documentación definitiva, como el voto particular que Pedro Sainz de Andino, miembro del Consejo Real, hizo en 1850 (más de una década después del juicio contra la religiosa), en el que salen a la luz todas las anomalías cometidas contra sor Patrocinio.