EE.UU. ya tiene su botafumeiro: una universidad católica de Virginia cuelga uno en honor a Cristo Rey

Había murmullos de expectación en los pasillos del Christendom College aquel 24 de noviembre. Coincidiendo con la solemnidad de Cristo Rey, los alumnos y los feligreses se amontonaron en la puerta de la capilla esperando a ver la novedad que les aguardaba dentro: un incensario de más de 80 kilos de peso, con una cúpula gótica de ocho lados. Pero no es un incensario cualquiera, sino que está inspirado en el botafumeiro usado en la catedral de Santiago de Compostela desde la Edad Media.

Aunque el español tiene un peso bastante menor, de 54 kilos, ambos necesitan de ocho hombres para ser movido. El de Virginia es ligeramente más grande, puesto que el original mide un metro y medio. El proceso de elaboración de esta pieza que ahora cuelga de poleas de la bóveda de crucería de la capilla universitaria ha tardado dos años. El diseño es de Enzo Selvaggi, de Heritage Liturgical (California), pero la ejecución es del orfebre cordobés Emilio León, quien había participado años antes en la restauración del santiagués.

Así las cosas, este mellizo americano viajó de España hasta Virginia el pasado mes de febrero. Un mes después, una copia exacta, pero en madera, se empleó para probar el sistema de cuerdas, poleas, cables y cadenas de dos toneladas encajado en una base de acero en forma piramidal, que debía hacer pendular el incensario.

Después de varios exámenes adicionales, todavía queda mucho por saber del nuevo accesorio de la capilla de Christendom College. Por ello, una estudiante de último curso de Matemáticas de esta universidad llamado Jane Twyford se ha propuesto calcular la velocidad del botafumeiro, su ángulo y cuántos ciclos tarda en alcanzar su máxima amplitud, así lo ha contado a Our Sunday Visitor News.

Durante el rezo de las Vísperas del domingo 24 de noviembre, dos técnicos subieron por sendas escaleras a los lados del incensario, lo cargaron y lo posaron sobre carbón encendido. El coro cantaba «Señor, que mi oración se eleve como el incienso», cuando el botafumeiro comenzó a moverse, según cuenta el Detroit Catholic.

Con cada tirón de cuerdas fue aumentando su velocidad, mientras que las nubes de incienso comenzaron a llenar la capilla. En este caso, los tiraboleiros forman parte de una cofradía de estudiantes, que no solo quieren levantarlo, sino «crecer en virtud y oración», según ha contado uno de ellos, que definió la experiencia de poner el mecanismo en acción como «indescriptible».