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Triunfo de la fe. Mártires cristianos en la época de Nerón

Triunfo de la fe. Mártires cristianos en la época de NerónEugene Romain

¿Qué santo celebramos hoy, 30 de junio?

Hoy conmemoramos a los protomártires de la Iglesia Romana

Tanto el historiador pagano Tácito, en su obra Annales o Historiae –el primero de sus dos principales trabajos: la historia del Imperio romano desde el 69 hasta el asesinato del emperador Domiciano en el 96–, como el Papa Clemente, en su Carta a los Corintios, testifican que muchos cristianos sufrieron martirio en medio de indecibles tormentos con la persecución desencadenada por el emperador Nerón después del incendio de Roma, en el año 64.

En ese verano hubo en la Ciudad que llaman Eterna un pavoroso incendio, posiblemente el mayor que ha conocido Roma a lo largo de su historia, a pesar de ser tan larga y de tanta guerra y saqueo, porque, según cuentan lenguas, aquel no fue ocasional, ni bélico; se debió al desenfrenado deseo lúdico de la maldad del loco que se hacía llamar ‘dios’ y deseaba tener motivo de inspiración poética digna de dioses.

Luego, para acallar los rumores populares y los ayes de la desgracia, desvió la responsabilidad soberana, haciendo que las miradas se fijasen en una casta suficientemente odiada por el pueblo por sus desmesurados excesos, llamada vulgarmente como ‘los cristianos’. El historiador pagano de los Anales refiere que «el autor de este nombre fue Cristo, el cual, imperando Tiberio, había sido ajusticiado por orden de Poncio Pilato, procurador de la Judea; y aunque por entonces se reprimió algún tanto aquella perniciosa superstición, tornaba otra vez a reverdecer, no solamente en Judea, origen de este mal, sino también en Roma». «Fueron, pues, detenidos al principio los que profesaban públicamente esta religión, y después, por delaciones de aquellos, una multitud infinita, no tanto por el delito del incendio que se les imputaba, como por hallarse convictos de aborrecimiento al género humano. Añadióse a la justicia que se hizo de estos la burla y escarnio con que se les daba la muerte».

«A unos vestían de pellejos de fieras, para que de esta manera los despedazasen los perros; a otros ponían en cruces; a otros echaban sobre grandes rimeros de leña a los que pegaban fuego para que, ardiendo con ellos, sirviesen de alumbrar en las tinieblas de la noche». Así se cuentan los hechos que hicieron tantos mártires cristianos anónimos, desconocidos. Aunque seguramente la mayor parte eran gente humilde, del pueblo, no es improbable que también se contaran importantes políticos, militares o ricos. No se sabe.

Cierto es que Nerón empezó a castigar a los culpados de ser cristianos con todas las exquisiteces de tormentos inventadas hasta el momento. Y hasta es posible que la estupidez humana adquiriera cotas tan altas que justificara aquello como bueno. Fue por estos tiempos por los que testificaron al máximo el amor a Cristo, Pedro y Pablo.

Otros santos del día

Pasos para la canonización

El acto de canonización suele ser por lo general presidido por el Papa, y es una de las ceremonias más importantes de la Iglesia católica. El proceso de canonización se produce tras la muerte del santo y normalmente la petición viene precedida por las siguientes etapas:

  • Postulación: es el proceso por el cual se presenta y se da a conocer la intención de proponer a una persona como santo. Este proceso requiere de datos biográficos y testimonios.
  • Siervo de Dios: iniciación del postulado dentro de proceso de beatificación y declaración como persona vinculada a la Iglesia católica.
  • Venerable: equivale a persona digna de estima y de honor. Asociado a una vida ejemplar y previo a la beatificación.
  • Beatificación: si se prueba la existencia de un milagro relacionado con el venerable se procede a la beatificación.
  • Canonización: si al beato puede atribuirse un segundo (o más) milagros se procede a canonizarle.
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