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Chiara Corbella PetrilloCRISTIAN GENNARI

Los padres de Chiara Corbella: «La serenidad de Chiara nos abrió una ventana a la eternidad»

Los padres de Chiara, Roberto y María Anselma Corbella, han compartido el conmovedor testimonio de fe de sus hijas en el Encuentro Mundial de las Familias, que se realiza en Roma del 22 al 26 de junio


Tras perder dos hijos, Chiara volvió a quedarse embarazada. Pero la feliz noticia duró poco en el joven matrimonio que formaba con Enrico, ya que le diagnosticaron un cáncer lesión inusual en la lengua.

Chiara decidió rechazar cualquier forma de tratamiento que supusiera un riesgo para su hijo. Por eso, a medida que el cáncer avanzaba, a Chiara le resultaba cada vez más difícil hablar y ver, sólo por dar una vida sana a su niño, hasta que la joven italiana murió con 28 años y se convirtió en «sierva de Dios», como ejemplo de vida para todas las madres jóvenes del mundo.

El testimonio de los padres

Sus padres, Roberto y María Anselma Corbella, han compartido el conmovedor testimonio de fe de sus hijas en el Festival de las Familias, parte del Encuentro Mundial de las Familias, que se realiza en Roma del 22 al 26 de junio.

La decisión de Chiara motivó enfrentamientos dentro de la propia familia, sobre todo con Elisa, la hermana de Chiara.

Ventana a la eternidad

María, la madre de Chiara Corbella, ha relatado que su nieto Francesco, que ahora tiene 11 años, tenía solo uno cuando ella falleció, pero durante ese tiempo les mostró cómo «en cada situación, uno puede esperar la máxima felicidad en esta vida con Dios como guía».

«Nos costó acompañarla hasta el umbral del Cielo y dejarla ir, pero desde ese momento fluyó tal gracia que nos hizo vislumbrar el plan de Dios y nos evitó caer en la desesperación», ha testimoniado la madre que, conmovida, no ha dudado en afirmar que «la serenidad de Chiara nos abrió una ventana a la eternidad y continúa iluminándola hasta el día de hoy».

Una gran serenidad

Por su parte, Roberto, el padre de Chiara, ha recordado a su hija confirmando que: «ella no huyó ante las pruebas de la vida, las enfrentó con la mirada hacia el cielo. Cada uno de sus pasos estaba dirigido a la meta con la ayuda de Dios y la guía de María, se comprometía a alcanzarla, con la oración personal manteniéndola en relación con el Señor de quien recibió la gracia que alimentaba su fe».

Finalmente, el Papa Francisco ha tomado la palabra para dirigirse a los padres de Chiara y su legado diciendo: «Ustedes testificaron que la pesada cruz de la enfermedad y la muerte de Chiara no ha destruido a su familia ni ha eliminado la serenidad y la paz de sus corazones. Podemos ver esto en sus caras. No estáis abatidos, desesperados o enojados con la vida. ¡Todo lo contrario! Lo que vemos es una gran serenidad y una gran fe», ha enfatizado el santo Padre.