Harvard y el Vaticano analizan las claves del bienestar y la felicidad
Conocer el sentido de la vida aporta estabilidad y satisfacción. «Sentido de la vida, respeto y escucha» son elementos clave a la hora de valorar el nivel de satisfacción de una persona
La estabilidad familiar o las amistades también se incluyen en una serie de características que se han debatido en los últimos días en el Vaticano, en un foro denominado Human Flourishing (florecimiento humano), en el que han intervenido académicos y empresarios de numerosos países.
La Universidad de Harvard ha creado recientemente un estudio global sobre el ‘Florecimiento Humano’ en el que evalúan las características que permiten un mejor desarrollo personal. El profesor Matthew T. Lee es el director de ese programa y autor de un libro sobre cómo medir el bienestar personal. Ha presentado en Roma algunos detalles de un trabajo que aún está en curso.
Al margen de factores objetivos, como el nivel de renta, la salud o contar con una educación de calidad, el profesor Lee considera que los factores espirituales son fundamentales. El amar o el sentirse amado son esenciales a la hora de analizar la satisfacción de una persona en cualquier parte del mundo.
El factor espiritual es un elemento que se empieza a tomar en cuenta en las empresas norteamericanas. Conscientes de que cualquier negocio funciona mejor si cuentan con empleados motivados y satisfechos consigo mismos. La Universidad de Harvard identifica cuatro características básicas para el ‘Florecimiento Humano’. Se trata de la satisfacción con la propia vida, la salud física y mental, el sentido de la vida, el carácter y las relaciones sociales.
Desarrollo personal
En este contexto, se entiende la importancia de la religiosidad ligada al bienestar de las personas, ya que contar con un claro sentido de la vida es algo que aporta estabilidad emocional, que permite afrontar las contradicciones físicas o espirituales. Es una realidad constatada sociológicamente.
Directivos de grandes multinacionales como Cisco o Virgin se han dado cita en el Vaticano para dialogar sobre cómo remover los obstáculos que impiden el bienestar de sus empleados. Uno de los argumentos tratados es cómo afectan las nuevas tecnologías de la información al desarrollo personal.
Uno de los datos más sorprendentes en la investigación sociológica sobre el bienestar es la diferencia entre la satisfacción personal y la ajena. El profesor Ezra Sullivan, de la Universidad Pontificia de Santo Tomás, destacaba cómo a la respuesta personal se responde con un alto nivel de satisfacción, mientras que se considera que los vecinos o las personas de la comunidad no están satisfechos con su situación. Una percepción que lleva a preguntarse sobre la superficialidad de las relaciones personales y comunitarias.
El proyecto de ‘Global Flourishing’ de la Universidad de Harvard está estudiando los parámetros de satisfacción y bienestar en 240.000 personas de 22 países. Una investigación científica que durará cinco años en la que se plantean identificar los factores comunes que estimulan el desarrollo individual.
El encuentro en el Vaticano ha contado con la presencia del cardenal Turkson, canciller de la Academia para las Ciencias. Ha sido organizado por la Fundación Humanity 2.0, organización que promueve el ‘Florecimiento Humano’ y la colaboración entre empresarios y académicos con este fin.