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Celebración de la Misa del Gallo en san Pedro Vaticano)AFP

Misa del Gallo desde El Vaticano

Papa Francisco: «¿Cómo encontrar de nuevo el sentido de la Navidad?»

«Desde el pesebre hasta la cruz es un amor tangible, Jesús no nos amó con palabras, no nos amó en broma», ha señalado el Santo Padre, al centrar la homilía desde la humildad de un niño que nace y muere pobre

Desde la basílica de san Pedro Vaticano, el Papa Francisco ha celebrado una Misa del Gallo que, desde hace dos años adelanta su hora a las 19,30 horas, para conmemorar el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, encarnado en un niño para salvar al mundo.

La basílica de san Pedro, llena de fieles y de clero, ya sin restricciones por la pandemia, ha esperado la procesión de entrada de la Santa Misa del Nacimiento de Jesús.

El canto de la kalenda en latín ha recorrido la historia de salvación de Dios con el hombre, desde que este creó la tierra hasta que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María, durante el imperio de Octavio Augusto.

La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo según la carne, en Belén de Judea, hasta hoy en san Pedro del Vaticano, rodeado de niños vestidos con los trajes típicos de sus países, que ofrecen flores al Salvador.

En la homilía el Papa Francisco ha partido de nuestra vida concreta para centrar la navidad, «qué sigue diciendo a nuestra vida, después de muchas navidades y regalos, y después de todo el consumismo». Por eso, el Papa ha reconocido el « que hemos olvidado el significado de la navidad», y se ha preguntado «¿cómo encontrar de nuevo el sentido de la navidad?».

La humildad de un pesebre

En el Evangelio, el Papa ha recordado que, como ahora, «todos están ocupados, el clima era semejante al nuestro. Pero el evangelio toma otra perspectiva; otro objeto: un pesebre, después de unos ángeles. Unos pastores que encuentran un pesebre», objeto que el evangelista centra para subrayar la humildad del niño.

El modo cómo Dios nace es importante: «el pesebre, ¿ qué nos quiere decir?», se ha preguntado el Papa, comparando nuestro mundo con los animales del pesebre que «consumen los alimentos, los hombres devoran a sus hermanos, la dignidad se pisotea, las víctimas son los débiles siempre. Los niños por nacer, los olvidados; devorados por la guerra...»

«Ahí llega Jesús»

Precisamente ahí llega Jesús- ha recordado el Papa- «en el pesebre Dios se acomoda. Cristo nace ahí en el pesebre para hacerse alimento, para nutrirnos de ternura, para tocarnos el corazón y decirnos que es el amor el que cambia el curso de la historia».

Desde el pesebre hasta la cruz es un amor tangible, Jesús no nos amó con palabras, no nos amó en broma. Por lo tanto no se conforma con apariencias y buenos propósitosPapa Francisco

Dios esta noche se acerca en la humildad de un pesebre y dice: «yo, Dios, estoy contigo; sé lo que vives. Lo he experimentado en el pesebre; conozco tus miserias y vengo para decirte que estoy cerca. Ánimo, no te dejes vencer».

La humildad, ha recordado Francisco, «quiere decir que Dios es cercano. El pesebre nos habla de la pobreza; nos recuerda que no tuvo a nadie más que quienes lo querían». Por eso, «el pesebre saca a relucir lo importante: las relaciones y las personas».

Pero ha vuelto a preguntar Francisco: «¿queremos estar a su lado? ¿Lo visitamos donde se encuentra, en los pesebres pobres?» para recordar "que no es navidad sin los pobres y que necesitamos «una fe concreta, hecha de adoración y de caridad, no de palabrería y exterioridad».

«No dejemos pasar esta Navidad sin hacer algo de bueno. Ya que es su fiesta, su cumpleaños, hagámosle a Él regalos que le agraden. En Navidad Dios es concreto, en su nombre hagamos renacer un poco de esperanza a quien la ha perdido», ha señalado Francisco.

El Papa ha insistido en la concreción de la encarnación de Dios, que « se ha hecho verdaderamente carne. Nacerá pobre y morirá pobre. Desde el pesebre hasta la cruz es un amor tangible, no nos amó con palabras, no nos amó en broma. Por lo tanto no se conforma con apariencias y buenos propósitos».

La verdad de las cosas

Dios «nos pide que vayamos a la verdad de las cosas; que pongamos en el pesebre nuestras miserias. Dios no quiere apariencias. Hagamos regalos que le agraden; hagamos renacer la esperanza en quien la ha perdido».

La predicación del Santo Padre ha concluido con una oración:

«Jesús te miramos acurrucado en el pesebre, te vemos tan cercano, gracias Señor; te contemplamos pobre; y vemos que estás en las personas, sobre todo en los pobres. Te vemos en lo concreto, ayúdanos a darle carne y vida a nuestra fe», ha finalizado el Papa, que mañana se dispondrá a impartir desde el balcón de san Pedro la bendición Urbi et Orbe.