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La Reina María Cristina de Suecia es una de las cuatro mujeres que descansan junto a los Papas en el Vaticano

Estas son las cuatro mujeres enterradas junto a los Papas en el Vaticano

Su apoyo incondicional al papado les sirvió para ser enterradas en un espacio reservado a Pontífices y grandes personalidades de la Iglesia

entre los hombres de Iglesia que están enterrados en las grutas vaticanas y la Basílica de san Pedro hay cuatro mujeres que, por su relevancia en la historia de la Iglesia, descansan junto a los Papas.

Se trata de las Reinas Carlota de Chipre y Cristina de Suecia, la Princesa María Clementina Sobieska y la noble Matilde de Canossa.

Carlota de Chipre (1444–1487)

Tras ser expulsada del trono por su hermanastro, Carlota llegó a Roma, donde entabló una relación muy fluida con Sixto IV y su sucesor el Papa Inocencio VIII, quien pagó el funeral de la otrora Reina de Chipre. Está enterrada en la Capilla de San Andrés y San Gregorio, en la Basílica de San Pedro.

Carlota de Chipre

Cristina de Suecia (1626–1689)

La Reina Cristina de Suecia destacó por su gran cultura y por tratar de fomentarla. Cristina se convirtió del protestantismo al catolicismo, hecho que le llevo a la abdicación.

Tras su conversión se trasladó a Roma, ciudad a la que donó fuertes sumas de dinero y joyas. Entabló una gran relación con los distintos Papas que vio ascender al trono de Pedro. Su voluntad de ser sepultada con sencillez no fue secundada, ya que su gran amigo el cardenal Azzolino y el Papa Inocencio XI decidieron darle un funeral de Estado y enterrarla en las grutas vaticanas, en la nave central de la Basílica de San Pedro.

La reina María Cristina de Suecia, de Jacob Ferdinand Voet

Monumento funerario de María Cristina de Suecia

María Clementina Sobieska (1702–1735)

Otra de las mujeres privilegiadas con la sepultura vaticana es María Clementina Sobieska, una princesa polaca con una de las más grandes fortunas europeas del siglo XVIII. Su generosidad con la Iglesia y el apoyo al Papa Clemente XII, le otorgó el privilegio de tener una sepultura en San Pedro del Vaticano.

María Clementina Sobieska

Matilde de Canossa (1046–1115)

Matilde de Canossa fue la mediadora del conflicto llamado 'la querella de las Investiduras'.

Durante el último cuarto del siglo XI y principios del siglo XII, los reyes del Sacro Imperio Romano Germánico estaban en constante enfrentamiento con los Papas.

El enfrentamiento entre Enrique IV y Gregorio VII fue bautizado como 'la querella de las Investiduras', en la que toda la tensión se redujo a ver quién de los dos podía hacer más copio de poder en la Iglesia, en cuanto a recaudación y nombramiento de cargos eclesiásticos.

Matilde de Canossa, una noble italiana con gran influencia, se posicionó del lado de Gregorio VII, algo que fue decisivo para que el conflicto se decantase del lado eclesiástico.

Matilde de Canossa

Hugo de Cluny ante Matilde de Canossa

La mediación de Matilde de Canossa hizo que finalmente Enrique IV suplicara clemencia y perdón tras ser excomulgado y pasar tres días y sus correspondientes noches arrodillado bajo la lluvia y la nieve de un frío enero.

Cinco siglos después, en 1645, Inocencio X mandó trasladar los restos de Matilde de Canossa a la sepultura esculpida por Gian Lorenzo Bernini en la Basílica de San Pedro.