Viaje del Papa Francisco a Sudán del Sur: la nueva esperanza para el país más joven del mundo

E L próximo viaje apostólico previsto para principios de febrero a Sudán del Sur, que verá al Papa Francisco junto con el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields, podría llevar una paz ansiada y no conocida por la nación más joven del mundo.

Nuevo capítulo de esperanza

Esta es la esperanza del Arzobispo Hubertus van Megen, Representante del Santo Padre en Sudán del Sur y Nuncio Apostólico en el país del centro-este africano, que describe el acontecimiento como «un nuevo capítulo de esperanza e inspiración» para los cristianos sudaneses.

«Se abrirá un nuevo camino de esperanza para Sudán del Sur porque el Santo Padre vendrá a darnos valor y a traernos la paz que hemos estado esperando», ha dicho el arzobispo van Megen en referencia a la inminente visita del Papa Francisco. «Debemos rezar por esta reunión que llevamos tanto tiempo esperando y cuyo objetivo es llevar ayuda al país», ha señalado, animando a los fieles.

El Nuncio Apostólico ha invitado a toda la población a participar en la oración en comunión con estos grandes líderes «porque sus mensajes nos darán esperanza para superar los desafíos que estamos atravesando. La visita quiere confirmar todo el compromiso y la voluntad de la Iglesia católica para llevar y mantener la paz en este lugar».

Nuevo viaje a la periferia

El viaje a República Democrática del Congo y Sudán del Sur es otra salida del Papa Francisco «hacia las periferias», una expresión que él mismo ha popularizado para describir la pasión por los últimos y más desfavorecidos de la tierra, y que responde a la misma dinámica de la revelación, cuando el mismo Dios se hace hombre, acercándose a la periferia humana.

En una reciente entrevista, el Pontífice abogaba, precisamente, por «ayudar a África para que sea cada vez más señora de sí misma», lamentando que, en estos momentos, se la esté «saqueando», y recordaba la idea reducida del llamado primer mundo frente al continente africano:

«Esa idea de que África existe para ser explotada es lo más injusto que hay, pero está en el inconsciente colectivo de mucha gente, y hay que cambiarla. Además, en segundo lugar, hay que hacerse cargo de la riqueza que tiene África, no solo de la riqueza mineral, sino intelectual».

«Hay que ir a los pueblos, no a las ideas», como bien demostró el Santo Padre cuando se arrodilló ante los dirigentes sudaneses, besó sus pies y los invitó a comenzar de nuevo un camino de paz y fraternidad.