Qué simboliza la escultura gigante del Aula Pablo VI del Vaticano
El escultor Pericle Fazzini comenzó a trabajar en 1970 y tardó casi siete años en completar la obra, inaugurada en 1977, para el octogésimo cumpleaños de Pablo VI
Una de las obras de arte que más impresionan cuando se entra en la Sala Pablo VI del Vaticano, es la escultura mural que aparece al fondo del estrado donde el Papa recibe a los asistentes a las audiencias y encuentros eclesiales.
En 1964, Pablo VI encargó a Pericle Fazzini el diseño de la sala para las audiencias papales.
Los primeros contactos de Fazzini con el Vaticano se remontan a 1965, pero la decisión definitiva llega sólo en 1972, gracias al Papa Montini. El escultor comenzó a trabajar en 1970 y tardó casi siete años en completar la obra, inaugurada en 1977, para el octogésimo cumpleaños del santo Pontífice.
Estallido de la tierra
El día de su inauguración, el 29 de septiembre de 1977, el L’Osservatore Romano describió la obra como «un Cristo que resucita de un sepulcro situado en el huerto de los Olivos, mientras la tierra es sacudida violentamente por una gran tormenta que flagela al mundo en este momento terrible: un rostro extraordinariamente sereno, dos brazos abiertos para abrazar, casi queriendo comprender a la humanidad para devolverle ese sentido del amor que parece irremediablemente perdido».
El artista concibe el momento de la resurrección de Jesús como una explosión que sobrecoge la tierra, «un estallido de la tierra con los olivos por los aires, las piedras, las nubes; como una enorme tempestad en forma de mundo y Cristo que resurgía sereno de todo esto».
Las vidrieras que se encuentran en la sala fueron encargadas primeramente al pintor Marc Chagall, que llegó a crear algunos bocetos con la temática de la paz y el ecumenismo, pero no se pudo ejecutar el proyecto iniciado por el pintor ucraniano, y finalmente lo realizó el húngaro János Hajnal.
En diciembre de 1978, Juan Pablo II le dio el nombre de Aula Pablo VI' para honrar la memoria de su predecesor, que había pensado en dicha estancia, y como recordatorio para continuar y desarrollar el interés que Pablo VI demostró constantemente por la cultura y el arte.