Nunca terminen el día sin hacer la paz
«Discusiones de pareja. Es habitual y sucede que el esposo y la esposa discuten, alcen la voz, se peleen. Y que a veces vuelen los platos, pero no se asusten cuando sucede esto, les doy un consejo, nunca terminen el día sin hacer la paz» (Cracovia, 6 de octubre de 2016). Así se dirigió a los jóvenes el Papa en la Jornada Mundial de la Juventud de Polonia. Hablando sobre el matrimonio en un tono amable y divertido que despertó la risa en varias ocasiones. «¿Y saben por qué?», siguió preguntando el Papa. «Porque la guerra fría al día siguiente es muy peligrosa. ‘Y, ¿cómo tengo que hacer Padre, para hacer la paz?’, puede preguntar alguno de ustedes. No hace falta un discurso, basta un gesto y se acabó, ya está hecha la paz. Cuando hay amor, un gesto arregla todo».