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El Papa Francisco durante la Audiencia General del miércoles en san Pedro del Vaticano.GTRES

¿Qué es la Iglesia sinodal para el Papa Francisco?

Francisco ha llamado a la Iglesia a hacer un examen de conciencia para escuchar «las voces de los jóvenes, de las mujeres, de los pobres, de los decepcionados, de los que han sido heridos en la vida»

El Papa ha vuelto a definir la Iglesia sinodal como ese lugar, o comunidad ««abierta a todos, sin burocracia, ni formalismos» durante una audiencia en el Aula Pablo VI a los participantes en el encuentro nacional de los referentes diocesanos del Camino Sinodal Italiano.

Sin lógica de poder

Francisco ha pedido que la Iglesia se aleje de las «lógicas mundanas de distribución del poder» tras denunciar que muchas parroquias estén «enfermas» de auto–referencialidad.

Existe una actitud temerosa, por la queja ante un mundo que ya no nos comprendePapa Francisco

«Parece que se está introduciendo, un tanto encubiertamente, una especie de 'neoclericalismo defensivo', generado por una actitud temerosa, por la queja ante un mundo que ya no nos comprende, por la necesidad de reiterar y hacer sentir la propia influencia», ha señalado el Pontífice.

«A veces se tiene la impresión de que las comunidades religiosas, las curias, las parroquias siguen siendo demasiado autorreferenciales», ha denunciado el Pontífice en la reunión que ha tenido lugar en el Aula Pablo VI del Vaticano en la última jornada de la Asamblea de los obispos italianos.

Lastrados por el formalismo

Para el Papa, la autorreferencialidad es una «enfermedad de la Iglesia». Por ello, ha pedido que esté siempre abierta. «Redescubrir la corresponsabilidad en la Iglesia no equivale a poner en práctica lógicas mundanas de distribución del poder, sino que significa cultivar el deseo de reconocer al otro en la riqueza de sus carismas y de su singularidad», ha señalado.

Francisco ha sentenciado que una Iglesia «lastrada por las estructuras, por la burocracia, por el formalismo tendrá dificultades para caminar en la historia, al paso del Espíritu, al encuentro de los hombres y mujeres de nuestro tiempo».

La perversión del clericalismo

Del mismo modo, ha alertado del clericalismo, que es «una perversión» y ha destacado que cuando se extiende a los laicos «es terrible». Así, ha reclamado comunidades cristianas en las que «se amplíe el espacio», donde «todos puedan sentirse en casa, donde las estructuras y los medios pastorales favorezcan no la creación de pequeños grupos, sino la alegría de ser y sentirse corresponsables».

Por ello, ha llamado a no excluir a nadie: «Se puede encontrar un lugar para aquellos que aún luchan por ver reconocida su presencia en la Iglesia, aquellos cuyas voces son tapadas cuando no silenciadas o ignoradas, aquellos que se sienten inadecuados, tal vez porque tienen trayectorias vitales difíciles o complejas. Y muchas veces son excomulgados a priori'», ha dicho.

El Pontífice también a advertido de la tentación «de separar a unos pocos 'actores cualificados' que llevan a cabo la acción pastoral, mientras el resto del pueblo fiel permanece meramente receptivo a sus acciones». En esta línea, ha llamado a la Iglesia a hacer un examen de conciencia para escuchar «las voces de los jóvenes, de las mujeres, de los pobres, de los decepcionados, de los que han sido heridos en la vida».

«Mientras su presencia siga siendo una nota esporádica en el conjunto de la vida eclesial, la Iglesia no será sinodal, será una Iglesia de unos pocos», ha sentenciado. Finalmente, ha exhortado a «salir de los prejuicios» e ir en busca de los que «vienen de años de cárcel».