El tema del Sínodo es la sinodalidad, no la bendición de parejas homosexuales o el sacerdocio femenino
En el Aula Pablo VI, la 16ª Asamblea, que concluirá el 29 de octubre, continúa a su ritmo de trabajo y en la dirección del discernimiento del diaconado de la mujer, así como de la inclusión de los más alejados y vulnerables
En esta tercera semana, el Sínodo entra en el apartado B3 del instrumento de trabajo: participación, responsabilidad y autoridad. En este contexto, Paolo Ruffini recordó a los periodistas que «la bendición de las parejas homosexuales no es el tema del Sínodo». El portavoz sinodal lo aclaró el 16 de octubre durante su encuentro con los medios de comunicación. «Todos somos hijos de Dios, la Iglesia está llamada a anunciar el Evangelio a todos y no solo a algunos», continuó Ruffini, presidente de la comisión de información del Sínodo. Además, indicó la línea de reflexión de esta semana: «Se está reflexionando sobre cómo la Iglesia redescubre la comunión y logra ser inclusiva: la sinodalidad es el tema central».
Asimismo, este lunes, en la 9ª Congregación General, se han abordado las heridas individuales y colectivas, destacando la conciencia del sufrimiento de las personas LGBTQ, según la hermana Patricia Murray y el padre Vimal Tirimanna, profesor de teología en la Universidad Urbaniana. Se reflexionó sobre la inclusión de todos, abordando la discriminación en diferentes aspectos, y se destacó el esfuerzo por crear una cultura de inclusión mediante la práctica de la sinodalidad.
Monseñor Zdenek Wasserbauer, obispo auxiliar de Praga, describió el Sínodo como equilibrado, abordando los dolores del mundo y la Iglesia, y destacó la discusión sobre el colonialismo. En fin, esta semana el Sínodo, incluye preguntas clave sobre cómo renovar el servicio de la autoridad y la responsabilidad en una Iglesia sinodal, evolucionar prácticas de discernimiento, desarrollar estructuras sinodales, configurar instancias de colegialidad entre iglesias locales y fortalecer la institución del Sínodo como expresión de la colegialidad episcopal en una Iglesia sinodal.
Sacerdocio femenino, ausente en las discusiones
Esta semana marcó la entrada del Sínodo en su tercera semana de deliberaciones. No obstante, hasta el momento, no se ha abordado la cuestión del sacerdocio femenino, según confirmó el abad general de la Orden Cisterciense, P. Mauro Giuseppe Lepori, en otra reunión con los medios de comunicación del 14 de octubre en la sede de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
«Gracias a Dios, el Sínodo aborda las cuestiones sin sacarlas de contexto», afirmó el religioso, destacando la relevancia de la participación de las mujeres en la vida de la Iglesia. El tema del sacerdocio femenino, según él, «no domina la discusión». El abad Lepori subrayó la igualdad del bautismo para hombres y mujeres, enfatizando la dignidad bautismal femenina y abriendo espacio para la escucha en el debate sobre las diaconisas.
El religioso, quien participó en el círculo menor que abordó el papel de la mujer en la Iglesia la semana pasada, reconoce que, en contraste, «se está discutiendo sobre el diaconado» femenino. Según el instrumento de trabajo, la mayoría de las Asambleas continentales y las síntesis de varias Conferencias episcopales instan a reconsiderar el acceso de las mujeres al diaconado, planteando interrogantes sobre su viabilidad y modalidades.
Esto ocurre en el contexto de un Sínodo en el que, por primera vez en la historia, más de 50 mujeres tienen el derecho de voto. Están incluidas en la lista de miembros y participantes, donde hay una «representación del 25 % de no obispos». En el punto B.2.3 se planteó la pregunta sobre el diaconado femenino: «¿es posible considerarlo y en qué modo?».
La dignidad bautismal de la mujer
El P. Lepori delineó la perspectiva desde la cual aborda el tema en el Aula Pablo VI: «No abordamos este tema en términos periodísticos, sino a través de un diálogo tranquilo, pacífico y, sobre todo, profundo. No se presentan demandas individuales; más bien, se busca el bien de la Iglesia». El religioso subrayó: «Lo crucial es reconocer de manera más completa la dignidad bautismal de la mujer en la Iglesia». Asimismo, destacó que la gran tentación al discutir este asunto es la superficialidad, es decir, tratarlo con eslóganes».
En enero, a través de las páginas del diario oficial del Vaticano, L’Osservatore Romano, Phyllis Zagano, académica destacada con un doctorado de la State University de Nueva York y miembro designado por el Papa Francisco en 2016 para la Comisión de Estudio sobre el Diaconado de las Mujeres, adelantó la discusión; subrayó la urgencia imperante de abordar la plena y equitativa participación de las mujeres en la Iglesia durante este sínodo sobre la sinodalidad.
A pesar de la evidencia histórica de mujeres diáconos ordenadas, persiste la reticencia a aceptar el papel histórico de las mujeres en el ministerio ordenado, según Zagano, quien argumenta que las mujeres tienen la capacidad de representar a Cristo y aboga por la restauración del diaconado ordenado para las mujeres, haciendo hincapié en la distinción entre el diaconado y el sacerdocio. La autora aborda la necesidad de superar el clericalismo y reconoce los avances en la inclusión de mujeres en roles de liderazgo en la Iglesia.
La contraparte de esta discusión es la incertidumbre sobre si la ordenación de mujeres como diáconos se asemejaría a la de los hombres en los primeros tiempos de la Iglesia, y algunos sectores eclesiales expresan dudas históricas al respecto. En su vuelo de regreso de Macedonia en 2019, el Papa Francisco subrayó la necesidad de continuar estudiando el tema, declarando: «No temo al estudio».
En su discurso inaugural del Sínodo el 4 de octubre en el Aula Pablo VI, el Papa Francisco enfatizó la importancia crucial de la escucha como una prioridad fundamental, subrayando que el mensaje comunicado debe reflejar la vida en el Espíritu Santo. Con el objetivo de evitar malentendidos sobre el diaconado femenino, el Papa hizo un llamado a los periodistas, reconociendo la relevancia de su labor, pero instándolos a ejercer una ascesis en su expresión pública para preservar este enfoque espiritual. En particular, abordó el tema de la mujer y el diaconado, resaltando que, más allá de la expresión verbal, la principal prioridad es la escucha, y solicitó a los comunicadores que cumplan su función de manera adecuada, desafiando las opiniones mundanas preconcebidas.
Se filtran algunos documentos del Sínodo
Respecto a los informes de los círculos menores del Sínodo, se decidió mantenerlos fuera del acceso público después de que algunos periodistas los obtuvieran debido a un fallo de seguridad. El presidente de la comisión de información del Sínodo explicó que la decisión se tomó después de que se compartieran inicialmente a través de un servidor y algunos participantes tuvieran problemas de acceso.
Este enfoque llevó a que algunos documentos internos, aunque no secretos, se colocaran en un servidor remoto o en la nube con un enlace confidencial pero abierto. Tras el incidente de seguridad, se reintrodujeron los requisitos de contraseña. Ruffini argumentó que hacer públicos los informes amenazaría el espíritu confidencial del Sínodo. A pesar de todo, se explicó que no hay información «secreta» en los informes. En resumen, se ha optado por un enfoque más seguro tanto en términos informáticos como informativos esta semana.