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Mesas de trabajo del sínodo

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XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos

El Sínodo publica una carta que recuerda «la necesidad de la Iglesia de escuchar a todos»

La 16ª Asamblea del Sínodo sobre la Sinodalidad, que reunió a 365 clérigos y laicos de todo el mundo, compartió un llamado a la comunión, la escucha y el servicio al prójimo

Este miércoles 25 de octubre, la 16ª Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad en el Vaticano publicó una Carta al Pueblo de Dios con el objetivo de llegar a católicos que aún no han participado en el proceso sinodal global. Mientras que el documento de Síntesis de los trabajos del Sínodo (4-30 de octubre) será votado este sábado.

«La Iglesia necesita también escuchar a los laicos, a las mujeres y a los hombres, todos llamados a la santidad en virtud de su vocación bautismal: el testimonio de los catequistas, que en muchas situaciones son los primeros en anunciar el Evangelio; la sencillez y la vivacidad de los niños, el entusiasmo de los jóvenes, sus preguntas y sus peticiones; los sueños de los ancianos, su sabiduría y su memoria», se lee en el documento.

En la misiva, los participantes compartieron sus reflexiones y experiencias luego de que pasaran dos años, desde que a petición del Papa Francisco, se iniciara un proceso de «escucha y discernimiento, abierto al pueblo de Dios, sin excluir a nadie para ‘caminar juntos».

Acoger las voces

«La Iglesia necesita escuchar a las familias, sus preocupaciones educativas, el testimonio cristiano que ofrecen en el mundo de hoy. Necesita acoger las voces de aquellos que desean ser involucrados en ministerios laicales o en organismos participativos de discernimiento y de decisión».

La Asamblea se llevó a cabo en un contexto global de crisis, con conflictos en algunas partes del mundo y desigualdades económicas y sociales en aumento, admiten los participantes.

Los obispos y no obispos (laicos, sacerdotes y mujeres) expresaron su solidaridad con las víctimas de la violencia y aquellos que se ven obligados a emigrar debido a la miseria y la corrupción.

Inclusión de laicos

Uno de los aspectos más destacados de esta asamblea fue la inclusión de laicos, hombres y mujeres, que participaron activamente en las discusiones y votaciones. Este enfoque sin precedentes fue impulsado por el Papa Francisco, con el objetivo de fomentar una mayor participación de todos los miembros de la Iglesia en la toma de decisiones.

Se promovió —asegura la misiva—«la complementariedad» de vocaciones, carismas y ministerios, permitiendo una intensa reflexión sobre la Palabra de Dios y la experiencia de la comunidad global.

Los «padres» y las «madres» sinodales subrayaron la importancia de favorecer intercambios recíprocos entre la tradición latina y las tradiciones del Oriente cristiano, enriqueciendo así los debates. La participación de delegados fraternos de otras iglesias y comunidades eclesiales también contribuyó a enriquecer las discusiones, admiten.

En su carta, los participantes del Sínodo sobre la sinodalidad enfatizaron que la Iglesia debe permanecer comprometida con el amor como su piedra angular, siguiendo el ejemplo de Jesucristo. La comunión misionera fue identificada como un objetivo crucial, y se hizo hincapié en que la Iglesia no debe centrarse en sí misma, sino en servir al mundo.

Los desafíos de la Iglesia

El llamado a la Iglesia a escuchar a todos, comenzando por los más pobres, fue un tema recurrente en la carta. Se mencionó la importancia de escuchar a las víctimas del racismo, a las personas de pueblos indígenas cuyas culturas han sido humilladas, y a aquellos que han sufrido abusos por parte de miembros de la Iglesia.

Los desafíos son numerosos y las preguntas abundantes, admiten los participantes del Sínodo. La relación de síntesis de la primera sesión (octubre 2023) aclarará los puntos de acuerdo y resaltará las cuestiones pendientes, proporcionando una guía para el trabajo futuro. La Iglesia busca avanzar en su discernimiento y, para lograrlo, es esencial escuchar a todos, comenzando por los más necesitados.

La carta también alentó a la Iglesia a involucrar a aquellos que desean participar en ministerios laicales o en organismos de discernimiento y decisión. En el camino hacia la segunda sesión del Sínodo en octubre de 2024, se instó a todos los miembros de la Iglesia a participar activamente en el proceso sinodal y a seguir fomentando la comunión y la escucha.

«No es una ideología»

La carta subrayó que este enfoque no es una ideología, sino una experiencia arraigada en la Tradición Apostólica. «¿Y ahora? Esperamos que los meses que nos separan de la segunda sesión, en octubre de 2024, permitan a cada uno participar concretamente en el dinamismo de la comunión misionera indicada en la palabra 'sínodo'».

«El mundo en el que vivimos, y que estamos llamados a amar y servir también en sus contradicciones, exige de la Iglesia el fortalecimiento de las sinergias en todos los ámbitos de su misión. Precisamente el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio», (Papa Francisco, 17 de octubre de 2015). «No debemos tener miedo de responder a esta llamada», agrega la misiva.

La XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos concluyó con un llamado a una Iglesia que escucha, sirve y busca la unidad, con el amor como su fundamento y la comunión misionera como su objetivo.

Después de casi cuatro semanas de trabajos en el Aula Pablo VI, la lectura de la Carta del Sínodo de los Obispos al Pueblo de Dios fue recibida con aplausos en la asamblea. La lengua original del texto ha sido el francés. La Carta al Pueblo de Dios fue aprobada y publicada este miércoles en la tarde por el Vaticano.

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