El Papa se reúne con los obispos españoles por el estado de los seminarios: «No ha sido un tirón de orejas»
El Papa rompió el hielo con los obispos diciéndoles que podía haber ido él a España y no haberles hecho ir a Roma
Este martes por la mañana, el Papa Francisco se reunió con 78 obispos de la Conferencia Episcopal Española para abordar el informe de la visita apostólica a los seminarios del país realizada por dos obispos uruguayos, designados por el Dicasterio para el Clero. A pesar de su reciente malestar pulmonar, el Papa estuvo presente a las 9:30 en el Aula Nueva del Sínodo, comenzando el encuentro con una meditación ofrecida por el cardenal Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia.
Esta convocatoria excepcional de todo el episcopado español en el Vaticano es poco común fuera de las visitas ad limina que se realizan cada cinco años en Roma. Se ha dado solamente en dos ocasiones: con los obispos de Irlanda en 2010 y los de Chile en 2018, ambas relacionadas con escándalos de abusos.
El tema principal de esta visita fue la visita que realizaron a España dos obispos uruguayos cuando, por primera vez registrada, el número de seminaristas había disminuido a 974, comparado con los casi 1699 hace veinte años. El bajo número de aspirantes al sacerdocio ha llevado a que casi la mitad de los seminarios tengan cinco o menos estudiantes, muy por debajo de los 25 o 30 que el Vaticano considera óptimos para crear una comunidad. Además, se cuestiona la formación de los seminaristas, lejos de los objetivos de la Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis, el plan de formación autorizado por el Papa Francisco en 2016.
Una audiencia «sin tirón de orejas»
Tras la reunión con el Santo Padre, ha tenido lugar una conferencia de prensa, en la sede del Pontificio Colegio Español, en la que participaron el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Juan José Omella; el secretario general, monseñor Francisco César García Magán, y el presidente de la Subcomisión Episcopal para los Seminarios, monseñor Jesús Vidal.
«No fue para tirar de las orejas, sino para hablar», comentó el cardenal Omella sobre el diálogo de dos hora de esta mañana con el Papa Francisco, y, remarcó que en el marco del Sínodo sobre la sinodalidad, los obispos participaron a un «encuentro cordial» sobre la cuestión de los seminarios en España y que este no fue un llamado de atención o reclamo, a propósito de informe de los abusos del Defensor del Pueblo.
«Hemos recibido un documento de trabajo», ha especificado el presidente de los obispos, en línea con el documento del Dicasterio para el Clero. «Estamos en un cambio de época muy importante y nos tenemos que preparar para esa época», señaló el presidente de la Conferencia Episcopal en referencia al bajón de vocaciones que sufre España y otros países de Europa.
El documento de trabajo ha destacado algunos de los criterios que señala la Ratio fundamentalis de los seminarios españoles que lleva por título «Formar pastores misioneros». El documento requiere que, en los próximos años, se afronte este proyecto con flexibilidad, sin rigores, adaptando a las circunstancias de cada provincia eclesiástica, diócesis, etc.
El cardenal Omella afirmó que el Papa rompió el hielo con los obispos diciéndoles que podía haber ido él a España y no haberles hecho ir a Roma. El purpurado ha encontrado a Francisco muy bien de salud, más allá de sus problemas en una pierna: «La cabeza y la garganta las tiene fenomenal». «Otros han tosido en la sala, mientras que el Papa para nada», ha bromeado.
«No ha pasado ninguna cosa grave en España, he percibido más miedo en los periodistas que en nosotros», afirmó Omella. El también arzobispo de Barcelona remarcó el espíritu de diálogo en el aula del Sínodo, «el Papa nos invitó a preguntar a pecho descubierto». Sin embargo, no se habló –según comentó– sobre la situación sociopolítica o las elecciones en el país.
«El Papa nos ha pedido hombres muy maduros, hombres de Dios con los pies en el suelo, hombres desde Jesucristo y para Jesucristo», enfatizó el cardenal, que anunció que «hemos quedado en leer y estudiar el documento y en establecer un diálogo permanente con el Dicasterio para aplicarlo».
Por su parte, Jesús Vidal, que será el responsable de aplicar las recomendaciones dadas por el Vaticano en los próximos años señaló que ahora se trata de «formar a presbíteros para una Iglesia en salida y misionera». El Papa y el Dicasterio para el Clero exhortaron a los obispos a que apliquen «este proyecto con flexibilidad», pero sin atajos.
Reestructuración de seminarios
En España, explicaron los prelados, hay erigidos 86 seminarios, distribuidos en diversas casas de formación. Hay un seminario interdiocesano en Cataluña, 14 seminarios que acogen en sus casas de formación a seminaristas de otras diócesis, y 40 seminarios que acogen a sus propios seminaristas. De estos 40, 29 son de las diócesis y 15 son seminarios Redemptoris Mater. Hay también una comunidad de formación de una realidad eclesial de ámbito diocesano.
«No hay una estimación sobre la reestructuración, no está delimitado este proceso», describió Vidal, pues podrían aumentar el numero de aspirantes al sacerdocio y la Iglesia debe poder contar con la posibilidad de reabrir los seminarios o las casas de formación clausurados momentáneamente, lo cual no significa que vayan a desaparecer definitivamente», dijo.
«No ha salido específicamente el tema de los abusos», expresó Vidal, pero en los seminarios se busca de formar personas con una «madurez» afectiva y psicológica. «El tema de la formación humana es algo que al Papa le interesa mucho y se ha unido a la dimensión comunitaria, espiritual y pastoral», expresó el también obispo auxiliar de Madrid.
Unificar los seminarios no es sólo lo que se busca, sino trabajar en una formación dinámica y de estructuras funcionales a las necesidades de las nuevas vocaciones: «Más de la mitad de las diócesis españolas ya tienen experiencia de colaboración para la formación del sacerdocio». Por tanto, Vidal insistió que el Papa les ha invitado a «cuidar la heterogeneidad cultural de España» en esta etapa de unificación.
Asimismo, trabajar por una formación de candidatos al sacerdocio que también participen de relaciones comunitarias en hospitales y parroquias, entre otros lugares. Vidal insistió en las directivas indicadas por el Papa en formar jóvenes a la cercanía con Jesucristo, enraizados en la realidad, capaces de escuchar y formados en el discernimiento, al mismo tiempo que obedientes a la voluntad de Dios. De esta manera, formar futuros sacerdotes con «un corazón de pastor a las necesidades de los hermanos».