Audiencia general de los miércoles
La gripe no impide al Papa llamar de nuevo a la paz: «Los que fabrican las armas ganan con la muerte»
El Santo Padre ha explicado que todavía no se encuentra del todo bien y que su voz no es buena, por ello, su tradicional catequesis de los miércoles Filippo Ciampanelli, de la Secretaría de Estado
«Paz, por favor, paz... La guerra siempre es una derrota, todos pierden. Todos no, hay un grupo que gana mucho: los fabricantes de armas. Estos ganan bien, a costa de la muerte de otros». Estas han sido las palabras del Papa Francisco al final de la audiencia general de este miércoles 29 de noviembre. Su resfriado no le ha impedido hacer un nuevo llamamiento a favor de la paz en el mundo, aunque, como ya sucedió el domingo pasado en el Ángelus, la catequesis no la ha leído él mismo, sino Filippo Ciampanelli, de la Secretaría de Estado.
Fue recibido en el aula Pablo VI con un caluroso aplauso de los fieles que le esperaban y gritos de «Viva el Papa». Tras tomar asiento, Francisco los ha saludado a todos y ha explicado que todavía no se encuentra bien y que su voz no es buena. Por ello, Ciampanelli sería el encargado de leer su catequesis y los posteriores saludos.
El tema de este miércoles ha sido la pasión por el anuncio cristiano a la luz de la exhortación apostólica Evangelii gaudium (que acaba de cumplir su primera década). El valor del tiempo presente ha sido el aspecto subrayado. En el texto, Francisco ha descrito la cultura actual como una cultura basada en el individuo y en la primacía de la tecnología, en concento de libertad que rechaza todos los límites y no se preocupa por los más débiles.
Esta cultura «relega las grandes aspiraciones humanas a las lógicas a menudo voraces de la economía, con una visión de la vida que descarta a quien no produce y se esfuerza por mirar más allá de lo inmanente», ha desatacado el Papa, que continúa: «Incluso podríamos decir que nos encontramos en la primera civilización de la historia que globalmente intenta organizar una sociedad humana sin la presencia de Dios, concentrándose en enormes ciudades que permanecen horizontales, aunque tengan rascacielos vertiginosos».
Haciendo un recordatorio del pasaje de la ciudad de Babel y de su torre, el Santo Padre ha explicado que «Dios confunde las lenguas, es decir restablece las diferencias, recrea las condiciones para que puedan desarrollarse unicidades, reanima el múltiple donde la ideología quisiera imponer el único».
Una vez terminada la catequesis, en el punto de los saludos, el Papa Francisco ha querido hacer un llamamiento a la solución del drama que vive Oriente Medio. Ha pedido la prórroga de la tregua, ya en su cuarto día, así como la liberación de todos los rehenes en manos de Hamás y la entrada de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, donde la situación empeora cada hora. Pero, sobre todo, Francisco ha pedido oraciones: «Sigamos rezando por la grave situación en Israel y Palestina. Paz, por favor, paz... Espero que continúe la tregua en curso en Gaza, para que todos los rehenes sean liberados y se siga permitiendo el acceso a las ayudas humanitarias necesarias».