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Nacimiento y viaje de los Reyes MagosMuseos Vaticanos

La historia de los Belenes por los Museos Vaticanos: vivir la Navidad dentro del arte

Hace 800 años san Francisco de Asís puso el primer Belén de la historia. Era una escena viviente y celebró la Eucaristía dentro del pesebre para enseñar a la población la historia de la Navidad que no podía leer en la Biblia. No obstante, esta no era la primera vez que esta escena era representada: los primeros cristianos ya celebraba la Encarnación, tal y como indica un sarcófago del siglo IV que se conserva en los Museos Vaticanos. Sobre la piedra están tallados el Niño en el portal, el buey, la estrella y la Virgen María, en el que se podría decir que es uno de los pesebres más antiguos de la historia.

En los Museos Vaticanos se conservan distintas representaciones de la escena del nacimiento y para mostrarlas a los visitantes el equipo de la religiosa Emanuela Edwards, responsable de la Oficina para las Actividades Didácticas de las colecciones pontificias, han elaborado un recorrido especial sobre el sentido de la Navidad que podrá visitarse por segundo año consecutivo los sábados de diciembre.

Sarcófago del siglo IVMuseos Vaticanos

Una verdadera obra de Evangelización

Según cuenta Edwards, los visitantes del año pasado comentaron que la iniciativa les ayudó a prepararse para la Navidad. «Me conmovió especialmente la reacción de los niños», cuenta la religiosa; y continúa: «aprendieron con entusiasmo el origen de los personajes que encuentran en el pesebre. Para algunos de ellos, era la primera vez que se enfrentaban a los relatos bíblicos del nacimiento de Jesús. La visita fue una verdadera obra de evangelización».

El recorrido está disponible tanto en inglés como en italiano y a lo largo del mismo se van relatando las distintas formas en las que se ha representado el portal de Belén a lo largo de los siglos. Una de las obras llama la atención sobre las demás de Edwards, la Adoración de los pastores de Bartolo di Fredi, del siglo XIV. Aquí, observa la religiosa, «el Señor no está acostado en un pesebre, sino en un sarcófago envuelto en un sudario. La Virgen está vestida de negro, como si estuviera de luto. En la escena se representa la sombra de la cruz, ya que el Señor nació para morir por la redención del mundo. Hay, pues, alegría teñida de tristeza en esta interesante obra. Estamos llamados a meditar sobre el hecho de que este niño tiene una misión y el cielo, representado por los ángeles, se alegra de este acontecimiento».

Adoración de los Pastores, de Bartolo di FrediMuseos Vaticanos

La muestra incluye arte paleocristiano, pero también dedica un amplio espacio a las obras maestras de la pinacoteca y la galería de tapices, donde la religiosa destaca otra adoración de los pastores, representada sobre un fino paño y que pertenece a la escuela de Rafael, aunque fue elaborado en el taller del tapicero flamenco Pieter Von Alst en el siglo XVI. En el tapiz, «san José indica al Niño Jesús a sus humildes visitantes. Los pastores, por su parte, llevan al Niño sus sencillos regalos. La luz de Cristo ilumina todo el establo: Él es la fuente de luz de la escena porque, como leemos en el Evangelio de San Juan, Él es la luz del mundo», indica la responsable de la Oficina de Actividades Pedagógicas de los Museos Vaticanos.

El punto final del recorrido es nada menos que la Capilla Sixtina y su objetivo es introducir al espectador en el misterio de la Navidad, el momento en el que Dios se hizo carne. Desde que san Francisco representara artísticamente el nacimiento del Niño Jesús, muchos otros artistas después de él, explica Edwards, «han intentado llevarnos al pesebre para que reflexionemos sobre el Evangelio al contemplarlo ante nuestros ojos en sus obras maestras». Estas se convierten en páginas vivas de la Escritura.