Francisco no quiere ser enterrado en el Vaticano: ¿dónde están los demás Papas?
A excepción de León XIII, todos los obispos de Roma de los siglos XX y XXI reposan en la basílica de San Pedro
En la última entrevista que ha concedido, en este caso con un canal de televisión mexicano, N+, el Papa Francisco ha desvelado que no será enterrado en las grutas vaticanas. Le ha prometido a la Virgen que su sepultura estará ubicada en una pequeña capilla en la basílica Santa María la Mayor de Roma, que también acoge el icono de la Virgen más famosa de la capital italiana, a la que el Santo Padre tiene profunda devoción y que ha visitado en más de 115 ocasiones durante su pontificado.
¿Por qué no quiere descansar en la necrópolis bajo San Pedro? Francisco ha confesado que se lo ha prometido a la Virgen y que ya está preparado el lugar, una capilla en la nave izquierda del templo, junto a Nuestra Señora de las Nieves. En las grutas vaticanas le esperaban, antes de esta decisión, gran parte de sus antecesores –92 de 264–. San Juan Pablo II, por ejemplo, es uno de los Pontífices no yacen en el subsuelo de la basílica vaticana, sino en la planta baja, donde fue reubicado tras su canonización por el gran afluente de peregrinos que le visitaban.
El lugar donde fue inicialmente enterrado en la cripta el Papa polaco –que también había pertenecido a san Juan XXIII anteriormente– fue después ocupado por los restos mortales del Pontífice emérito Benedicto XVI, que falleció el pasado 31 de diciembre de 2022. La gran mayoría de los 266 Papas de la historia han elegido este lugar para su eterno descanso. Además de nichos, capillas y pasillos que cobijan a los obispos de Roma también yacen en el Vaticano otras figuras históricas como la Reina Cristina de Suecia o el cardenal español Rafael Merry del Val, secretario de Estado vaticano durante el pontificado de Pío X.
En Santa María la Mayor también reposan otros dos Papas, Clemente VIII y Paolo V. A lo largo de la historia de la Iglesia, muchos otros sucesores de san Pedro han dejado por escrito su deseo de ser enterrados fuera de la basílica de San Pedro y que sus restos fueran llevados a otras iglesias, tanto dentro como fuera de Roma. La sepultura de Gregorio XII, que falleció en 1417, se encuentra en Renacati, una ciudad de la región italiana de Marcas, donde murió.
León XIII fue el último obispo de Roma que no fue enterrado en el lugar donde se encontraron los restos arqueológicos de la tumba del primer Papa, san Pedro. A excepción suya (que se encuentra en san Juan de Letrán), el resto de pontífices de los siglos XX y XXI descansan en la basílica vaticana.
Así se entierra a un Papa
El carmarlengo se encarga de cerrar el estudio y la habitación del obispo de Roma que acaba de fallecer hasta la llegada de un nuevo Papa tras el cónclave. Mientras, los restos mortales son preparados por el equipo forense del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Roma para su conservación.
El cuerpo, vestido con el atuendo propio de los Pontífices (la casulla roja y el palio) y coronado con una mitra blanca, se coloca en un ataúd triple: uno de ciprés, otro plomo y el último de nogal. Sobre cada uno de ellos, hechos especialmente para cada Papa se coloca sencillamente un crucifijo y una Biblia abierta.