El Papa Francisco cumple 87 años: trabajo, fatiga y sonrisas en la vejez

El Papa Francisco no es de homenajes y fiestas numerosas. La primera vez, celebró su natalicio invitando a desayunar a un grupo de personas sin techo al Vaticano y durante los diversos años, ha festejado con los niños del Dispensario Pediátrico de Santa Marta, migrantes o grupos de refugiados.

En 2020 agradeció a los muchos fieles que le escribieron, mientras se mantenían la restricciones por la covid. La plaza de San Pedro estaba vacía. También el año 2021 recibió la última felicitación del Papa emérito Benedicto XVI.

En la reciente entrevista con el canal mexicano N+ el 12 de diciembre de 2023, el Papa compartió con la periodista Valentina Alazraki: «Necesito que recen por mi salud. La vejez no se disimula, se muestra tal como es. Hay que aprender a aceptar los regalos que esta etapa trae consigo y reconocer que se puede hacer mucho bien desde una perspectiva diferente».

A pesar de su avanzada edad, en la víspera de su cumpleaños, afirmó sentirse bien y agregó: «A veces me dicen que soy imprudente porque tengo el deseo de seguir haciendo cosas y manteniéndome activo. Para mí, son señales positivas». Aunque reconoce el peso de los años, es consciente de que su agenda de viajes disminuirá en 2024, pero ya ha anunciado planes para visitar Bélgica y Polinesia. Además, expresó su deseo de regresar a su natal Argentina, siempre y cuando el nuevo presidente, Javier Milei, no presente obstáculos. Con la vejez, afirma, llega al dulzura, tanto que le quito hierro a los insultos del candidato libertario: Sobre a la reciente conversación con el nuevo presidente de Argentina, dijo: «hay que distinguir mucho entre lo que dice un político en la campaña electoral y lo que realmente va a hacer después, porque después viene el momento de lo concreto, de las decisiones, de esas cosas».

87 años que no llegan solos

En julio de 2021, el Papa estuvo hospitalizado durante diez días en el Policlínico Gemelli, donde se sometió a una cirugía por diverticulitis que implicó la extirpación de 33 centímetros de intestino. Fue la primera vez que su salud fue objeto de debate en su pontificado, y este tema sigue siendo discutido hasta el día de hoy. A pesar de esto, el Papa ha reiterado su decisión de no renunciar, al menos hasta que conserve fuerzas suficientes. En junio de 2023, fue sometido a una segunda operación bajo anestesia general, una laparotomía y cirugía plástica en la pared abdominal con la inserción de una prótesis. Su recuperación ha sido satisfactoria.

Hace tres años, Francisco comenzó a experimentar malestares; una intensa ciática lo llevó a cancelar varias celebraciones litúrgicas y a postergar su discurso anual ante el cuerpo diplomático. Esta molestia había aparecido en diversas ocasiones en el transcurso de los últimos años, evidenciándose con una cojera notable. Recientemente, ha tenido que valerse de un bastón y una silla de ruedas para desplazarse dentro del Vaticano y durante sus últimos viajes.

En noviembre de 2023, una inflamación pulmonar le impidió al Papa aparecer en la plaza de San Pedro durante dos semanas para dirigir la oración del Ángelus dominical con los fieles. En su lugar, debió permanecer en su residencia en Casa Santa Marta. A pesar de esto, pudo recitar el Ángelus, aunque con dificultad, mientras un colaborador leía su texto también en la audiencia general del miércoles.

En este sentido, cabe recordar que el Papa, quien no escatima energías, compartió con los jesuitas de Grecia en 2021 sus reflexiones sobre el final del camino de un jesuita, incluso en medio de la humillación, aludiendo a aquellos que fueron encarcelados por ayudar a los migrantes en Lesbos. «Es llegar a la vejez lleno de trabajo, quizás cansado, lleno de contradicciones, pero con una sonrisa, con la alegría de haber hecho su trabajo. Este es el gran cansancio de un hombre que ha dado su vida», expresó el Papa Francisco en su conversación con sus correligionarios y publicada en La Civittá Cattolica. Pocas veces, hemos escuchado al Papa hablar de cansancio, por ejemplo, cuando lo hizo tras su agotador viaje a Irak del 5 al 8 de octubre de 2021. «Les confieso que en este viaje estaba mucho más cansado que en los otros», dijo a los periodistas.

87 años, pero trabaja como dos de 43

El Papa, con sus 87 años, trabaja con la vitalidad de dos hombres de 43 años. Incluso durante los días en los que padeció bronquitis a finales de noviembre, aunque no pronunció sus discursos públicos, no dejó de asistir a sus audiencias privadas. En una ocasión, llegó a tener hasta 9 audiencias seguidas en un solo día. Además, ya está organizando, según se ha publicado en su calendario, su participación y aspira a liderar la Asamblea Sinodal de 2024.

El Papa Francisco ha señalado de dónde obtiene sus energías: «Existe un cansancio desagradable y neurótico que no ayuda. Pero también hay un cansancio bueno. Cuando veas a este hombre mayor sonriendo, cansado pero no amargado, entonces serás un canto a la esperanza», compartió con el padre Tonny Cornoedus, un jesuita belga-flamenco durante su visita a Grecia en 2021.

A sus 87 años, Francisco busca la gracia en el servicio: «Un jesuita que, llegando a nuestra edad, sigue trabajando, enfrentando las contradicciones y manteniendo la sonrisa, se convierte en un canto de esperanza».

Para el Papa, la dedicación al servicio y la solidaridad tienen más valor que los eventos festivos. Celebrar la vida, para él, significa vivirla al servicio de los demás, compartiéndola en cada momento cotidiano. Su enfoque se centra en el sufrimiento humano y denuncia los horrores de la guerra, insistiendo en que esta siempre conlleva derrota y solo beneficia a los fabricantes de armas. Además, se mantiene en contacto constante con personas en situaciones difíciles, como presos en cárceles y una parroquia en Gaza. «Como en la vida, también en la muerte el jesuita debe dar testimonio del seguimiento de Jesucristo. Esta siembra de alegría, de astucia, de sonrisa es la gracia de una vida plena y completa. Una vida con pecados, sí, pero llena de la alegría de servir a Dios», les dijo a los jesuitas en su encuentro en Grecia.

En contraposición al mal, Francisco se convirtió en sacerdote. De hecho, hace cuatro días, el pasado 13 de diciembre, Bergoglio celebró otro hito personal significativo: el 54º aniversario de su ordenación sacerdotal. El 13 de diciembre de 1969, antes de cumplir 33 años, fue ordenado sacerdote en Argentina.