El año 2023 del Papa Francisco: el funeral de Benedicto XVI, guerras y problemas de salud

Recorriendo un año de altibajos, el 2023 del Papa Francisco se define por despedidas emotivas, desafíos de salud y acciones decisivas en un mundo convulsionado. Desde el funeral del Papa emérito Benedicto XVI hasta su batalla personal con problemas de salud, el Papa ha enfrentado adversidades mientras impulsaba cambios significativos en la Iglesia católica. El balance de un año es la manera de pasar revista por lo malo, lo bueno y, sobre todo, para dar gracias. El Papa Francisco en 2023 tiene mucho por qué dar gracias, seguir rezando por lo que no se cumplió y meditar sobre el rumbo de la barca de Pedro.

Seguramente el primer episodio y más importante, justamente sucedido en enero, iniciando el año, fue la muerte de Benedicto XVI. El funeral del Papa teólogo marcó el adiós definitivo a una convivencia histórica, sin precedentes. Sí, es verdad que no sucedía en siglos que un Papa renunciara (Celestino V renunció después de unos meses, el 13 de diciembre de 1294), pero no hay precedentes de la convivencia de dos papas en el Vaticano. Fuimos testigos de un histórico funeral en honor de un papa emérito precedido por un papa reinante. Un «abuelo bueno» a quien pedir consejo decía tener cerca Francisco.

Sin embargo, ya desde el 2018, la voz del Papa emérito era débil, un susurro de palabras incomprensibles. Al final de sus días, los altos prelados anti reformas usaron a Benedicto XVI como escudo para atacar al Papa en ejercicio, de manera sibilina o a través de libros; otras veces más abiertamente, en otras ocasiones afirmando que había un solo papa, publicando dubias o reafirmando las teorías de la conspiración sosteniendo que el Papa alemán fue obligado a renunciar, y en más ocasiones llamando a la herejía o cargando contra del Sínodo, no hablando dentro del aula sinodal lo que corresponda contrastar o criticar, sino usando blogs o medios de comunicación «amigos de la verdadera fe».

Del 31 de enero al 5 de febrero, tuvo lugar el viaje de Francisco a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur, este último, país martirizado por la guerra civil. El Pontífice clamó contra la explotación del continente africano en esa ocasión. Y para cerrar el círculo, en el vuelo de regreso, el Papa Francisco sugirió que la muerte de Benedicto fue utilizada por personas para sus propios intereses. Mencionó que aquellos que instrumentalizaron a alguien tan virtuoso como Benedicto eran personas que «no tienen ética y son gente de partido, no de Iglesia».

En marzo de 2023, Francisco cumplió diez años de su pontificado. No ama las celebraciones, así que no hubo bombo de su parte. El primer Papa jesuita, de América Latina. Es el primer pontífice que elige el nombre del santo de Asís que falleció en el siglo XIII. Un Papa que pagó la cuenta de su hotel en Roma antes de irse al Vaticano, que ha pedido una «iglesia pobre y para los pobres», un pastor que ya no usaba coche de lujo, que se sentó al lado del chófer y comenzó a predicar insistentemente sobre misericordia, hasta convocar un Jubileo extraordinario con ese impulso misionero. Francisco, por «salud mental», argumentó, se trasladó a vivir en la Casa de Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico. Diez años de reformas, con la promulgación de la constitución apostólica Praedicate evangelium (en latín: Predicar el evangelio) del 19 de marzo de 2022: sinodalidad, periferias, cultura del encuentro, «tolerancia cero» en la lucha contra los abusos, reforma económica, la Curia Romana al servicio de la iglesia y no al revés.

Marzo y abril son los meses del primer quebranto de salud del año. Francisco fue tratado de una bronquitis en el Hospital Gemelli de Roma; padece ya desde hace algunos años de problemas de cadera y muestra cierta dificultad para caminar, por un problema en el ligamento de la rodilla. Usa silla de ruedas en sus viajes y en sus traslados dentro del Vaticano. En abril (28-30) viaja a Hungría, puerta al conflicto en pleno corazón de Europa: El Papa exhortó a los líderes europeos: «pensando también en la martirizada Ucrania, ¿dónde están los esfuerzos creadores de paz?». Abogó por una resolución diplomática al conflicto. Desde el principio, la Santa Sede ha buscado abrir canales de diálogo sea con Moscú que con Kiev. En especial, el Papa ha usado la diplomacia para el canje de prisioneros, la restitución de niños ucranianos a sus familias o entregar ayuda humanitaria a las víctimas.

En junio (7-16), el Papa Francisco vuelve a ser hospitalizado en la Policlínica Gemelli. Esta vez, fue operado de una hernia intestinal con riesgo de oclusión. El 11 de junio, por primera vez, no rezó el Ángelus en público para descansar. Después de pasar nueve días de postoperatorio tras una cirugía abdominal, el Papa regresó al Vaticano.

El 1 de julio, el Santo Padre agradeció los servicios del cardenal Luis Francisco Ladaria (79 años) que concluyó su mandato y nombró nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe a monseñor Víctor Manuel Fernández (después lo crearía cardenal). Los contrarios al nombramiento del prelado argentino, atacaron su formación teológica y le siguieron llamando Tucho, pero no por cariño. El Papa tras su operación pidió al nuevo prefecto que no sea un «enemigo que condena y señala» sino que contribuya a que la fe ilumine los grandes interrogantes de la gente. Así marcando un nuevo rumbo en la dirección del ex santo oficio.

Del 2 al 6 de agosto, el Papa Francisco realizó un viaje con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa. «Dios nos ama como somos», dijo Francisco a un millón y medio de jóvenes. La misericordia es el mensaje clave de la evangelización. «La Iglesia es el lugar para todos... ¡Todos, todos, todos!», repitió varias veces.

Del 31 de agosto al 4 de septiembre, el Papa viajó a Mongolia, un viaje para abrazar a un «pequeño rebaño» (0,02 % se profesa católico). Fue el primer Pontífice en esa tierra entre Rusia y China. Del 23 al 23 de septiembre, Francisco viajó a Marsella para «promover caminos de paz, de colaboración e integración» en torno al Mediterráneo, con una «atención especial al fenómeno migratorio». El primer Sucesor de Pedro que visitó Marsella en 5 siglos.

El 30 de septiembre, el Papa creó 21 nuevos cardenales: «Somos evangelizadores en la medida en que llevamos en el corazón la maravilla y la gratitud de haber sido evangelizados», dijo. Entre los nuevos cardenales hubo tres jefes de Dicasterios de la Curia Romana: el inglés Arthur Roche, prefecto de la Congregación para el Culto Divino; el coreano Lazarus You Heung-sik, prefecto de la Congregación para el Clero; y el español Fernando Vérgez Alzaga, presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano y el Governatorato. Además, el prefecto de Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández, ex rector de la Universidad Católica Argentina. El 4 de octubre, el Vaticano publicó Laudato Deum, el grito del Papa por el clima. «El mundo en que vivimos se está derrumbando y puede estar llegando al punto de ruptura», dijo el Pontífice, con motivo de la realización de la COP28 en Dubai.

Del 4 al 29 de octubre, se llevó a cabo en el Vaticano la primera fase del Sínodo sobre la sinodalidad, se celebró con 464 participantes, incluyendo 365 miembros con derecho a voto y marcadas novedades: 54 mujeres, 43 laicos y 96 miembros que no son obispos, evidenciando una apertura más inclusiva, querida por el Pontífice. El 22 de noviembre, el Santo Padre mostró su cercanía y recibió a las víctimas de la guerra entre Israel y Gaza, iniciada el 7 de octubre de 2023 con un ataque de Hamás desde Gaza a Israel, seguido por bombardeos de Jerusalén en respuesta. El Pontífice se pronunció sobre el conflicto: «No es una guerra, es terrorismo». La comunidad judía en Italia criticó la posición del Papa por su equidistancia en el conflicto, mientras el cardenal Parolin defendió su postura humanitaria, generando controversia y tensiones ante un conflicto que ha cobrado miles de vidas y desencadenado una crisis humanitaria en Gaza.

El 25 de noviembre, Francisco padece de una «inflamación» pulmonar que le obliga a cancelar su viaje a Dubái para asistir a la COP28 (30 de noviembre al 12 de diciembre). Tardó dos semanas en recuperarse. A pesar de los esfuerzos del Pontífice y la participación histórica como miembro con derecho a voto de la Santa Sede, el acuerdo abordó la transición de combustibles fósiles, pero careció de compromisos claros para su eliminación inmediata, optando por una vaga definición que dicta una «transición ordenada y equitativa».

El 18 de diciembre, el obispo de Roma autorizó la declaración Fiducia supplicans de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el sentido pastoral de las bendiciones no litúrgicas para parejas «irregulares» y parejas homosexuales, manteniendo la postura tradicional sobre el matrimonio, pero permitiendo este gesto como ayuda en el camino espiritual, lo que generó debates en sectores conservadores y resaltó la gracia y misericordia en la práctica pastoral.

Algunos obispos rechazaron la bendición a parejas homosexuales, especialmente en África, desencadenando disputas dentro de la Iglesia. Finalmente, el 27 de diciembre, el Papa compartió en su cuenta de X unas palabras casi como un augurio: «Hay que ser guardianes de nuestro propio corazón. El éxito de cualquier batalla espiritual depende en gran medida de su inicio: cuidar siempre nuestro corazón».