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El Papa, durante la celebración de la Misa de año nuevoEFE

Solemnidad de santa María, madre de Dios

El Papa, en la Misa de año nuevo: «Quien lastima a una mujer, profana a Dios»

En su homilía en la primera Misa de 2024 Francisco ha pedido más «espacio» para la mujer en la Iglesia y que sea «escuchada» y «respetada» en toda la sociedad

e la primera Misa del año en el Vaticano, celebrada en la solemnidad de santa María, madre de Dios, el Papa Francisco ha dedicado su homilía a la figura de la Virgen como madre de la paz y a la reivindicación de la mujer. «La Iglesia debe redescubrir su rostro femenino», ha afirmado, al tiempo que ha indicado en su homilía que el mundo mirar a las madres «para encontrar la paz» y «escapar de las espirales de violencia y odio». «Quien lastima a una mujer, profana a Dios», ha avisado el Santo Padre.

Con sus palabras, ha reclamado más «espacio» para las mujeres en la Iglesia y ha exigido que se sientan más «respetadas y valoradas» en la sociedad. «La Iglesia necesita de María para redescubrir su propio rostro femenino, para asemejarse más a ella que, como mujer, Virgen y Madre, representa su modelo y su figura perfecta; para dar espacio a las mujeres y para ser generativa a través de una pastoral hecha de cuidado y solicitud, de paciencia y valentía materna», ha dicho.

Vista general de la misa por la Solemnidad de María, madre de DiosEFE

Cada 1 de enero se celebra, además de la solemnidad de María, la jornada mundial de la paz, y por ello es habitual que entre los asistentes a la misa en la Basílica haya representantes diplomáticos de muchas partes del mundo. Según la oficina de información de la Santa Sede, a la primera eucaristía del año presidida por el Papa Francisco y concelebrada por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, han asistidito unas 7.000 personas.

Las palabras del Pontífice durante su homilía han reflexionado sobre las Escrituras, pero también sobre la encíclica Lumen Gentium que Pablo VI escribió en 1964, durante el Concilio Vaticano II (1962-1965), que revolucionó la Iglesia y la vida civil del planeta. Así, Francisco ha explicado que «nuestro tiempo, vacío de paz, necesita de una Madre que vuelva a reunir a la familia humana. Miremos a María para ser constructores de unidad, y hagámoslo con su creatividad de Madre, que cuida de sus hijos, los congrega y los consuela, escucha sus penas y enjuga sus lágrimas».

El Papa sonríe a unos niños a su llegada a la misa de año nuevoEFE

María es, según ha subrayado Francisco, «el camino elegido por Dios» y «el punto de llegada de tantas personas y generaciones» que, «gota a gota», han preparado «la venida del Señor al mundo». De este modo, ha asegurado que la Madre está en el centro del tiempo«. »Dios se ha complacido de dar un giro a la historia por medio de María, la mujer«, ha asegurado, y ha destacado también que »al principio del tiempo de la salvación está la Madre de Dios, nuestra Madre santa".

Por último, el obispo de Roma ha incidido en la necesidad de toda la sociedad de acoger «el don de la mujer» y de «respetarla, cuidarla y valorarla». «Quien lastima a una mujer, profana a Dios, nacido de mujer», ha concluido.

Durante todas las celebraciones navideñas de su undécima Navidad en el Vaticano, Francisco ha hecho llamamientos por la paz en el mundo. Hoy no ha sido una excepción. Han estado muy presentes en sus homilías y catequesis la guerra en Ucrania y en Tierra Santa. De hecho, en el Ángelus rezado tras la misa el Papa ha pedido rezar a María por la reconciliación en todo el mundo. «No se olviden de Ucrania, de Palestina, de Israel, que están en guerra», ha animado a los presentes y a todo el pueblo de Dios.

Francisco ha desvelado también que sigue «con preocupación» la situación en Nicaragua, donde hasta la fecha hay 15 sacerdotes secuestrados por las autoridades (entre obispos y seminaristas). «Expreso a ellos, a sus familias y a toda la Iglesia del país mi cercanía y oración», ha exclamado, al tiempo que ha invitado a todos los presentes a orar por Nicaragua. «Deseo que se emplee el camino del diálogo para superar las dificultades», ha añadido.

Las palabras del Papa en el Ángelus han estado dirigidas a María, pero también a la paz. Tras felicitar el año a los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro ha explicado que la grandeza de María no proviene «de algún hecho extraordinario» sino de su silencio: «mientras los pastores se apresuran y reciben el anuncio del ángel, ella permanece en silencio [...]. Estará en silencio también en la cruz». Este silencio, «lleno de asombro y adoración», convierte a María en la primera catedral de Dios, según ha indicado Francisco, donde el hombre y Dios pueden encontrarse.