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La abadía de Montecasino tras la Segunda Guerra Mundial

La abadía de Montecasino tras la Segunda Guerra Mundial

80 años después de la tragedia

Hallan un documento que aclara la responsabilidad del bombardeo de Montecasino

Los libros de historia dicen que la decisión de lanzar bombas sobre la abadía benedictina fue tomada por el comandante Bernard Freyberg, pero una nota encontrada en el archivo vaticano confirma el papel de Hitler en la cadena de sucesos que desencadenaron el ataque

15 de febrero de 1944: alrededor de mil personas se cobijan en la abadía italiana de Montecasino, en lo alto de una montaña. Allí se resguardaban de la sangrienta batalla que tenía lugar desde un mes y medio antes en los alrededores. Los aliados erróneamente creyeron que quienes en realidad usaban los muros benedictinos para esconderse eran soldados alemanes y soltaron sobre el complejo 2.500 toneladas de explosivos. En el bombardeo de hace este jueves 80 años, murieron 250 personas de todas las que allí se encontraban. Lo único que se salvó de la abadía, construida alrededor del año 530, fueron las obras de arte y otros tesoros como la biblioteca, que habían sido enviados antes al Vaticano.

Entre los escombros del monasterio –ahora sí– los soldados alemanes fortificaron su línea defensiva. Los libros de historia dicen que la decisión de lanzar bombas sobre Montecasino fue tomada por el comandante neozelandés Bernard Freyberg, aunque encendió el debate entre los mandos militares. Lo consideraron un punto clave en la resistencia alemana que era necesario eliminar para llegar hasta Roma.

No obstante, un documento recién descubierto en los archivos del Vaticano –abiertos a investigadores en 2020– confirma el papel de Adolf Hitler en la sucesión de acontecimientos que condujeron al bombardeo de la abadía, así como la confirmación de la Santa Sede de que, de haber actuado a tiempo, podría haberse evitado.

Su descubridor ha sido el periodista de investigación Nando Tasciotti, antes corresponsal eclesiástico del diario Il Messaggero. El documento pertenece a los años del papado de Pío XII y lleva la letra manuscrita de Armando Lombardi, parte del servicio diplomático de la Santa Sede en estos años. El arzobispo brasileño se pregunta si Montecasino podría haberse salvado si el Vaticano hubiera impuesto medidas firmes para que los soldados alemanes abandonaran la zona y hubiera presionado a ambos bandos para respetaran la abadía y los pueblos vecinos, a pesar de que tanto los aliados como las potencias del Eje habían asegurado al Estado pontificio que respetarían el lugar, donde se conservaban los restos mortales de san Benito.

Esta investigación la ha incluido Tasciotti en una reedición de su libro Monte Cassino, 1944: quién tuvo la culpa, publicada en enero de 2024. Ahí es donde aparece esta nota, escrita por Lombardi poco tiempo después de la liberación de Roma (junio de 1944), en la que da cuentas de que los monjes informaron a la Santa Sede de que los alemanes habían decidido ignorar la zona neutral durante el primer asalto de la batalla de Montecasino (enero de 1944), pero no se tomó acción alguna.

La verdadera responsabilidad

«El 12 de enero de 1944, un monje, el padre [Tommaso] Leccisotti, informó a la secretaría que las autoridades alemanas habían abolido la zona neutral o de protección: se trataba de un asunto muy grave, que debería haber presagiado la catástrofe. Pero no se hizo nada ni se dijo nada al respecto», escribió el arzobispo Lombardi, que añade: «Quienes ahora estudian la cuestión con calma se inclinan a creer que el monasterio tal vez podría haberse salvado si el principio de la zona neutral hubiera sido aceptado y respetado por ambos beligerantes. Con una acción enérgica, la Santa Sede tal vez habría podido lograrlo».

Tasciotti ha explicado al diario inglés The Guardian que la carta mostraba que habían sido las acciones de Hitler las que habían puesto en riesgo el monasterio, al girar la Línea Gustav –una serie de fortificaciones construidas en Italia para evitar el avance de los aliados en su camino hacia el norte del país– en Montecasino y aboliendo la zona neutral a su alrededor. «Los alemanes nunca estuvieron dentro del monasterio», explica el investigador, que continúa: «estuvieron justo debajo de sus muros, donde tenían una ventaja militar».

Aunque fue Freyberg quien tomó la decisión, para Tasciotti, el principal responsable de aquel ataque fue Hitler. «La diplomacia de los telegramas del Vaticano no fue eficaz, mientras que al bombardear la abadía los aliados cometieron un trágico error», indica.

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