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El Papa Francisco saluda al Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomeo IAFP

Cuántos patriarcas hay en la Iglesia

Desde el Concilio de Calcedonia en el 451 se reconocieron como cinco sedes, las más importantes de la cristiandad unidas en una sola Iglesia: Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén

en un nuevo gesto de unidad con los cristianos, el Papa Francisco ha recuperado la consideración de Patriarca de Occidente. Discretamente ha sido añadido a la lista de Títulos Históricos, sin previo aviso y sin más explicación por parte del Vaticano. Aunque en el Antiguo Testamento ya se habla de patriarcas, como David o Abraham, no es hasta el siglo IV cuando Gregorio Nacianceno, arzobispo de Constantinopla, se refiere a los «viejos obispos» como «patriarcas».

Desde entonces, este título se reserva para las cabezas de sedes episcopales fundadas por uno de los apóstoles. No obstante, la tradición de los primeros siglos del cristianismo ha dejado un legado de cinco patriarcados en orden de importancia: Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén; los centros más importantes pero unidos en una sola Iglesia.

La pentarquía

Esta pentarquía fue tal hasta 2006, cuando Benedicto XVI renunció al título de occidente. El de Roma, con las tumbas de Pedro y Pablo bajo su suelo, era el primero de los patriarcados. De manera honorífica, tenía la consideración de primus inter pares (primero entre iguales). La sede de Constantinopla fue fundada por el apóstol Andrés y era la sede de gobierno del emperador romano de Oriente.

El patriarca de Alejandría es considerado sucesor de Marcos. Allí se dividen el título cuatro denominaciones cristianas: coptos, griegos ortodoxos y melquitas, además de los coptos-católicos. Antioquía y Jerusalén ocupan el cuarto y el quinto lugar de la pentarquía. La primera de ellas como sede de una importante escuela teológica, aunque los patriarcas griego ortodoxo y melquita de Antioquía viven en Damasco. Jerusalén, por su parte, es la ciudad sagrada del cristianismo, donde Jesús murió y resucitó.

Estos cinco son reconocidos como tal desde el Concilio de Calcedonia del año 451, aunque no fue hasta tiempos de León I Magno cuando se empezó a utilizar comúnmente la denominación de patriarcado para referirse a estas cinco sedes apostólicas.

Coptos, caldeos y armenios

Dado que un patriarcado es una diócesis establecida por alguno de los doce, también ostentan esta nomenclatura algunas sedes de manera honorífica, como Venecia, ligada a Marcos, o Lisboa. Esta consideración no tiene ningún poder jurisdiccional, como tampoco lo tienen los patriarcados latinos establecidos tras las conquistas de los siglos XV y XVI. Surgen así los patriarcados de las Indias Orientales, asociado a Goa y al conjunto de posesiones portuguesas en América, y el de las Indias Occidentales (que aunque está vacante desde 1963 está asociado tradicionalmente al arzobispo castrense de España).

Las Iglesias católicas orientales también se organizan en distintos patriarcados, que aunque son encabezados por obispos, estos tienen autoridad sobre el resto de sus hermanos por su cargo de patriarca. En Alejandría tiene sede el patriarca de los coptos católicos, en Antioquía, el de los maronitas, los melquitas y los sirios. Por otro lado están el de Bagdad, de los caldeos, y el de Cilicia, de los armenios.

Desde 1054, año del Gran Cisma, las relaciones entre la Iglesia de Roma con los patriarcados orientales se rompieron definitivamente. El único patriarcado latino oriental que continúa es el de Jerusalén, mientras que los otros tres son ortodoxos, además de la sede ortodoxa de Jerusalén. Las iglesias ortodoxas son autocéfalas y por ello son reconocidas también como patriarcados la Iglesia ortodoxa rusa, la serbia, la rumana, la búlgara y la georgiana.