Audiencia general de los miércoles
Papa Francisco: «Los cristianos no difunden el buen olor de Cristo»
El Santo Padre ha recordado en la catequesis de este miércoles 21 de agosto que «el diablo entra a través de los bolsillos»
en la audiencia general de esta mañana el Papa Francisco se ha reunido con grupos de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo. En su discurso en italiano, el Pontífice, continuando el ciclo de catequesis sobre el Espíritu Santo, ha centrado su meditación sobre el tema: «El Espíritu del Señor está sobre mí. El Espíritu Santo en el Bautismo de Jesús».
«Hoy reflexionamos sobre el Espíritu Santo que viene sobre Jesús en el bautismo en el Jordán y desde él se difunde en su cuerpo que es la Iglesia», ha comenzado así su catequesis el Santo Padre. De esta forma ha explicado como los cuatro evangelistas narran ese momento, fundamental en la historia de la Revelación, y como en el Jordán, Dios Padre consagró a Jesús, ungiéndolo con el óleo espiritual, que es el Espíritu Santo, para llevar adelante su misión.
Aunque Jesús, expone, «desde el primer instante estuvo lleno del Espíritu Santo», eso, sin embargo, «era una 'gracia personal', incomunicable; ahora, en cambio, recibe la plenitud del don del Espíritu para su misión que, como cabeza, comunicará a su cuerpo que es la Iglesia», ha expuesto Francisco. Con este ejemplo ha llegado a su segundo punto: Cristo es el ungido del Padre, y los cristianos son ungidos a imitación suya. Cristo es la cabeza, el Espíritu Santo es el óleo perfumado y la Iglesia es el cuerpo de Cristo donde esa fragancia se difunde.
«El mal olor del pecado»
Por ello, el Pontífice enfatizó que «por desgracia, a veces los cristianos no difunden la fragancia de Cristo, sino el mal olor de su propio pecado» y añadió: «el diablo, no se olviden, entra a través de los bolsillos». Sin embargo, esto, continuó, «no debe distraernos de nuestro compromiso de realizar, en la medida de nuestras posibilidades y cada uno en su propio ambiente, esta sublime vocación de ser el buen olor de Cristo en el mundo».
Destacó que la fragancia de Cristo se manifiesta a través de los «frutos del Espíritu», que incluyen «amor, alegría, paz, magnanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí» (Ga 5,22): «¡Que bonito es encontrar una persona buena, fiel, humilde!», expresó. Subrayó la importancia de esforzarse en cultivar estos frutos en la vida diaria. Según el mensaje, al hacerlo, «sin que nos demos cuenta, alguien sentirá a nuestro alrededor un poco de la fragancia del Espíritu de Cristo».
Concluyó recordando la fiesta de san Pío X, que se celebra el 21 de agosto, y que en muchas partes del mundo se ha instaurado como el Día del Catequista: «Recordemos a nuestros catequistas, que llevan adelante tanto trabajo y que, en algunas partes del mundo, son los primeros en llevar la palabra».