El papa Francisco criticó este viernes que aún se tache de «comunistas» a los cristianos que ayudan a los más necesitados y denunció la falta de apoyo a los sintecho, así como el desperdicio de alimentos en las ciudades. En una asamblea de la diócesis de Roma, celebrada en la basílica de san Juan de Letrán, el pontífice pidió que se deje de estigmatizar a quienes asisten a los pobres, señalando que «los pobres son nuestros hermanos» y que la pobreza debe ser tratada como una «urgencia eclesial».
Durante el acto, Francisco escuchó testimonios de vecinos de las periferias de Roma, quienes describieron la pobreza y exclusión social en sus barrios, así como la desigualdad en relación con las zonas más acomodadas. En su intervención, el papa subrayó que «no podemos considerar a los pobres como un problema o un descarte», instando a la Iglesia a asumir su responsabilidad en la asistencia social.