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Roberto Pasolini, nuevo predicador de la Casa Pontificia

Así es fray Pasolini, el nuevo predicador con el que el Papa ha relevado a Cantalamessa tras 44 años

Este monje milanés, que en su juventud fue un gran seguidor del Milán, es conocido por su cercanía, su estilo directo y su gran capacidad para conectar con los jóvenes

El cardenal franciscano Ranieri Cantalamessa, de 90 años, ya se puede jubilar. Tras 44 de su vida como predicador de la Casa Pontificia, ha sido relevado en el cargo, en el que ha visto pasar a tres Papas desde fue nombrado por Juan Pablo II en 1980. Ahora, el encargado de preparar las meditaciones para la curia romana y el Papa cada Cuaresma y Adviento será el fraile capuchino Roberto Pasolini.

Este monje milanés, que en su juventud fue un gran seguidor del Milán, es conocido por su cercanía, su estilo directo y su gran capacidad para conectar con los jóvenes. Además de ser un estudioso de la Biblia, ha estado implicado en actividades académicas pero también en labores de ayuda a los pobres, discapacitados y presos.

Fray Pasolini tiene 53 años. Pertenece a la orden capuchina desde 2002 y se ordenó sacerdote en 2006. Hoy enseña exégesis bíblica en la facultad de Teología de Italia del Norte, en Milán. Es autor de varios libros y artículos sobre espiritualidad bíblica y analiza con interés las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial.

El cardenal Cantalamessa en una de sus predicaciones en el VaticanoV.N.

En su adolescencia, decidió alejarse de la religión. «Viví mi juventud al estilo 'hágalo usted mismo', probando todo lo que el mundo me ofrecía para sentirse libre», confesó en una entrevista. Su experiencia alejada de Cristo se materializó en salidas nocturnas, consumo de alcohol y su participación como ultra del Milán, pero a pesar de esta libertad aparente, el fraile reconoció que su corazón estaba vacío.

Estudió Ingeniería informática y, a pesar del éxito académico, vivía al mismo tiempo una crisis espiritual. «Necesitaba un cielo al que dirigir mi grito», contó. Fue frente a un crucifijo de san Damián cuando una tarde redescubrió la oración. Con 23 años su vida dio un giro radical: volvió a leer el Evangelio y a las actividades de la parroquia, donde comenzó a participar como voluntario en un comedor para personas sin hogar.

El rasgo que le une con su predecesor es que su predicación aborda los temas más profundos de la existencia humana y de la fe, siempre ligada a la actualidad y las nuevas tendencias sociales. Cantalamessa continuará su vida de estudio, lectura y oración en la ermita del Amor Misericordioso en Cittaducale, territorio de la diócesis de Rieti, junto a algunas monjas clarisas a las que hace como capellán.