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El Papa Francisco durante la audiencia con diplomáticos de Chile y ArgentinaVatican News

El Vaticano celebra su papel mediador en el Tratado de Paz entre Argentina y Chile en 1984

El Papa recordó las intensas negociaciones que, con la mediación de San Juan Pablo II, resolvieron de manera definitiva la disputa por el canal Beagle y evitaron un conflicto armado entre ambas naciones

en un acto conmemorativo celebrado en la Sala Regia del Vaticano, este lunes 25 de noviembre, el Papa Francisco recordó el 40º aniversario del Tratado de Paz y Amistad firmado en 1984 entre Argentina y Chile, que resolvió de manera definitiva la disputa por el canal Beagle y evitó un conflicto armado entre ambas naciones. Durante su intervención, con representantes de ambos países y en presencia de otros miembros del Cuerpo Diplomático, el Pontífice destacó el valor de las negociaciones que llevaron a este acuerdo, calificándolas como un ejemplo de compromiso y diálogo que debería replicarse en otras partes del mundo.

El Papa recordó que las intensas negociaciones, que contaron con la mediación de san Juan Pablo II, resultaron en una solución «digna, razonable y ecuánime». El tratado fue ratificado formalmente el 2 de mayo de 1985 y marcó un antes y un después en las relaciones entre los dos países. Francisco también aprovechó la ocasión para lanzar un llamado renovado a la paz, subrayando que «hablar de paz mientras se fomenta la guerra es un acto de hipocresía».

El Santo Padre también hizo referencia a la reciente declaración conjunta de los obispos de Argentina y Chile, publicada a inicios de este mes. En ella, agradecen a Dios por haber permitido que el diálogo y la paz prevalecieran gracias al acuerdo alcanzado. Asimismo, expresaron su gratitud hacia Juan Pablo II, quien ofreció su mediación entre ambas naciones, un proceso liderado por los cardenales Antonio Samoré y Agostino Casaroli. El Pontífice elogió a ambos mediadores, calificándolos como «dos grandes».

En el contexto de ese acuerdo, la figura de monseñor Faustino Sainz también fue clave en las negociaciones. Sainz, quien asistió a los cardenales Samoré y Casaroli desde el inicio de la mediación en 1978 hasta la firma del tratado, tuvo una contribución decisiva gracias a su formación en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, en Derecho Canónico, y a su destacada carrera diplomática en el Vaticano.

Además de su papel en este acuerdo histórico, monseñor Sainz desempeñó misiones diplomáticas de gran relevancia en países como Cuba, Zaire (actual República Democrática del Congo) y en la Unión Europea, y culminó su carrera como Nuncio en el Reino Unido, donde acompañó al Papa Benedicto XVI en su histórica visita de Estado en 2010.

El 29 de noviembre de 1984, Argentina y Chile firmaron en el Vaticano el Tratado con la mediación de Juan Pablo II

Ser «mendigos de lo esencial»

La ceremonia también recordó los desafíos de la época y la importancia de los esfuerzos conjuntos para superar tensiones. Francisco instó a que este hito siga siendo un modelo de diálogo y cooperación en la búsqueda de la paz global, especialmente en un contexto donde persisten y se agravan numerosos conflictos por la falta de voluntad para descartar el uso de la fuerza o la amenaza como medios de solución. De manera improvisada, señaló que esta realidad se vive hoy «de un modo bastante trágico».

En su reflexión, el Pontífice advirtió sobre los «fríos vientos de la guerra», que se combinan con problemas como la injusticia, la violencia, la desigualdad y los profundos cambios sociales. Frente a este panorama, subrayó que las dificultades, los desafíos y los fracasos pueden ser vistos como una invitación a la reflexión, un momento para abrir el corazón al encuentro con Dios y para que cada persona tome conciencia de sí misma, del prójimo y de la realidad que la rodea. Por ello, hizo un llamado a ser «mendigos de lo esencial», aquello que da verdadero sentido a nuestra existencia.