El pesebre del Vaticano en 2017 impactó por su majestuosidad y simbolismo, con veinte figuras inspiradas en el icónico Belén napolitano, de tamaño mayor al natural, que, además de evocar el Nacimiento del Niño Jesús, incorporaban personajes que ilustraban las Siete Obras de Misericordia.
Lo curioso es que los visitantes podían intentar adivinar, en una gran área de 80 metros cuadrados, dónde se encontraban las obras de caridad, tales como visitar a los presos, dar de comer al hambriento o vestir al desnudo. Una poderosa invitación a la compasión y la generosidad. Donado por la Abadía Territorial de Montevergine, en el sur de Italia, y elaborado en terracota al estilo del siglo XVIII, este pesebre destacó como una obra de arte única.