El acto empezó con una introducción en la que el purpurado recordaba que la Biblia, en los Hechos de los Apóstoles, narra que la Iglesia «rezaba intensamente mientras Pedro estaba encarcelado». «Desde hace dos mil años el pueblo cristiano reza por el papa si está en peligro o enfermo. También en estos días, desde que el Santo Padre fue hospitalizado, un intensa oración se eleva al Señor por él de fieles y comunidades cristianas de todo el mundo».