¿Por qué nos duelen los dientes cuando tomamos bebidas frías?
La sensibilidad dental es una afección que sufren el 25 % de los españoles
Es frecuente que, con la llegada del verano, aumente el consumo de bebidas muy frías o helados para intentar sobrellevar las altas temperaturas. Sin embargo, muchas personas sienten dolor dental cuando ingieren este tipo de refrigerios. ¿Por qué ocurre esto?
Uno de cada cuatro españoles tiene problemas de sensibilidad en los dientes, una afección que solo superan otras enfermedades de las encías como la gingivitis, según el Estudio Sanitas de Salud Bucodental. Un problema que se hace notar especialmente cuando tomamos bebidas con hielo o helados. Aunque tengamos una buena higiene bucal, los dientes pueden sufrir de igual manera, ya que tiene que ver fundamentalmente con dos factores: la pérdida de esmalte o la recesión en las encías.
El esmalte protege la dentina, que es una capa de marfil que rodea la parte interna de los dientes. Esta es porosa, con canales que conducen al centro del diente, lugar en el que se encuentra el nervio. Cuando la dentina queda expuesta porque el esmalte se ha desgastado, el nervio se vuelve endeble ante los estímulos fríos o calientes.
Las principales causas del desgaste dental se debe a varias razones: una mala higiene, el bruxismo –enfermedad que consiste en rechinar, crujir o apretar los dientes sin darse cuenta– o el consumo excesivo de sustancias agresivas, como refrescos, azúcar, bebidas y alimentos ácidos o chicles.
Para evitar que el esmalte vaya desapareciendo y, por tanto, la sensibilidad dental aumente, es importante seguir unos básicos consejos:
Seis indicaciones para conservar el esmalte
- Lavarse los dientes al menos tres veces al día con una pasta y un colutorio especiales para la sensibilidad y pasarse el hilo dental al menos una vez al día para eliminar los restos de comida interdentales.
- Utilizar un cepillo de cerdas suaves.
- Reducir el consumo de alimentos ácidos (cítricos, dulces), así como de bebidas energéticas o refrescos.
- En caso de consumir los anteriores, esperar veinte minutos antes de cepillarse los dientes. En caso contrario, esparciremos este ácido por todos los dientes.
- Si se sufre bruxismo, es conveniente acudir al dentista para que realice una placa de descarga, que es una especie de protector que evitará el desgaste dental.
- Visitar al odontólogo con frecuencia, al menos una vez al año para hacer una limpieza completa y una revisión.
Siguiendo estos sencillos pasos conservaremos nuestro esmalte, mejoraremos nuestra salud bucodental y, con ello, disminuirán las probabilidades de sufrir esa molesta sensibilidad cuando tomemos bebidas o alimentos muy fríos.