La palabra chicle proviene del vocablo maya 'sicté ya'

La palabra chicle proviene del vocablo maya sicté ya

¿Es bueno masticar chicle? Mitos y verdades sobre sus efectos en la salud

Repasamos qué hay de cierto sobre una de las golosinas más consumidas en todo el mundo

Sirve para lavarse los dientes, quita el hambre, se queda pegado al estómago... Repasamos con los expertos algunas de las creencias que hay sobre masticar chicle.

¿Con azúcar o sin azúcar?

Lo mejor es que sean chicles sin azúcar. «Los que tienen azúcar son metabolizados por las bacterias orales y transformados en ácidos, que son los que producen erosión y caries dental», explica el doctor Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas. Por lo tanto, debería evitarse su consumo.

En ocasiones, los chicles sin azúcar llevan sustitutos del azúcar común y, en este caso, no presentan ningún problema. De hecho, los que contienen xilitol –un edulcorante que se usa como sustituto del azúcar– reducen la aparición de caries, porque «ayudan a estimular la remineralización del esmalte de los dientes», señala Iñaki Elío, secretario del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Cantabria.

¿Sustituye al cepillado de dientes?

El presidente del Consejo General de Dentistas comenta que masticar chicle «nunca debe de sustituir al cepillado dental». No obstante, si después de comer la persona no se puede lavar los dientes, «excepcionalmente» se puede masticar chicle sin azúcar y con xilitol. De esta manera, se aumenta el pH bucal, dificultando la acción agresiva de las bacterias, estimulando la salivación y ayudando a eliminar los restos de comida.

¿Todo el mundo puede comer chicle?

En el caso de los niños hay que tener bastante cuidado. Por lo pronto, no se recomienda que niños menores de 5 años lo consuman. A partir de esa edad, masticar chicle tiene que ser bajo vigilancia de un adulto para evitar ahogamientos.

En cuanto a los adultos, mascar chicle está contraindicado para las personas con bruxismo, aquellos que tienen problemas en la articulación temporomandibular o los que llevan ortodoncia.

Sin embargo, masticar esta golosina es beneficioso para aquellas personas que producen menos cantidad de saliva de lo normal. Eso sí: siempre sin azúcar y con xilitol. «Las glándulas salivales actúan como órganos responsables del mantenimiento del medio bucal, por lo que pacientes en tratamiento de radioterapia de cabeza y cuello también se ven beneficiados con la masticación del chicle», señala el doctor Óscar Castro Reino.

¿Qué pasa si se consume más chicle de la cuenta?

Si los chicles son con azúcar aumentará el riesgo de padecer caries. En el caso de que el chicle tenga sorbitol, un consumo excesivo tiene un efecto laxante. Además, si la persona masca chicle con demasiada frecuencia «puede desencadenar o agravar el trastorno de la articulación temporomandibular, con el consiguiente dolor de cabeza, oído y muelas», destaca Elío.

¿El chicle engorda?

En el caso de ser un chicle con azúcar, por 100 g. contiene 386,8kcal, 96,7g de azúcar y 0,30g de grasa. Es más, hay que tener en cuenta que «aunque el chicle no contenga azúcar, aporta calorías; menos que la versión con azúcar, pero aporta», recuerda Iñaki Elío, secretario del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Cantabria.

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