Los cuatro frutos secos que menos engordan y cuidan tu salud

los frutos secos como nueces o almendras aportan nutrientes esenciales, como fibra y potasio, y una amplia gama de fitoquímicos que se han relacionado con la promoción de la salud y la capacidad antioxidante. A pesar de que los frutos secos estén asociados con las grasas, estas no son perjudiciales, sino todo lo contrario. Distintos estudios científicos han demostrado que su consumo tiene un efecto reductor del colesterol en el contexto de una dieta saludable además, los frutos secos son bajos en sodio, lo que se ha relacionado con un menor riesgo de hipertensión.

Nueces

Las nueces destacan como el mejor fruto seco para controlar el peso según un estudio publicado en el Journal of the American Heart Association, donde se afirmaba que llevar una dieta rica en grasas insaturadas –como las nueces– deriva en la pérdida de peso. Uno de los factores clave para esa bajada de peso es el hecho de que las nueces, ricas en grasas poliinsaturadas, podrían provocar cambios en las hormonas del apetito, aumentando la sensación de saciedad durante más tiempo y evitando, por tanto, comer más.

Su alto contenido en vitamina E repercute positivamente en la piel ayudando a restaurar la humedad y proteger la dermis.

Además, las nueces son beneficiosas para la salud cardiovascular y estimula la actividad del cerebro por su alto contenido en vitaminas del grupo B, ácidos grasos Omega 3 y fósforo.

Nueces: 611 kcal/100 gramos.

Almendras

Las almendras son un fantástico tentempié saludable para incorporar a la dieta diaria. Un puñado de almendras podría mantener a raya los kilos de más, según una investigación de la Universidad del Sur de Australia y publicada en la revista científica European Journal of Nutrition.

Los investigadores explican que las personas que comieron almendras durante el estudio experimentaban cambios en las hormonas que regulan el apetito, y que éstos podrían haber contribuido a reducir la ingesta de alimentos. Las almendras tienen un alto contenido en proteínas, fibra y ácidos grasos insaturados, lo que puede contribuir a sus propiedades saciantes y ayudar a explicar por qué se consumieron menos kilocalorías.

Almendras: 604 kcal/100 gramos.

Pistachos

En comparación con otros frutos secos, el pistacho tiene una menor cantidad de grasa y contenido energético, junto a una alta proporción de fibra (tanto soluble como insoluble), potasio, vitaminas E y K, fitosteroles, determinados carotenoides, como la luteína y zeaxantina, y también compuestos fenólicos, que explican su gran capacidad de protección frente a numerosas enfermedades.

Un estudio realizado por la Universidad de Cornell (EE.UU.) determinó que la capacidad antioxidante del pistacho es superior a la de la mayoría de alimentos comúnmente conocidos por su poder antioxidante, como los arándanos, las granadas, las cerezas y la remolacha. La elevada actividad antioxidante del pistacho podría deberse a los compuestos exclusivos de los pistachos, como la vitamina E, los carotenoides, los fenólicos y los flavonoides.

Pistachos: 611 kcal/100 gramos.

Castañas

A pesar de ser un fruto seco, la composición de las castañas se asemeja más a la de los cereales, según explica la Fundación Española de la Nutrición. Las castañas son fuente de fibra y ricas en hidratos de carbono complejos, estos ocupan casi la mitad de su composición. Además, la cantidad de grasa también es bastante similar a la de los cereales y por lo tanto notablemente inferior a la que contienen el resto de los frutos secos.

Gracias a estas propiedades y a que su contenido en agua cercano al 50%, la castaña es uno de los frutos secos de menor contenido calórico. En cuanto a los minerales, las castañas son fuente de fósforo y potasio. Respecto a las vitaminas es rica en B1 y B6.

En crudo las castañas son ricas en taninos y puede producir molestias intestinales. La cocción o asado de las castañas favorece la transformación de los hidratos de carbono, convirtiéndolas en un alimento más digerible.

Castañas: 209 kcal/100 gramos.