¿En qué consiste la inyección de bótox en el estómago para adelgazar?
La inyección de toxina botulínica retarda el vaciamiento gástrico e induce a saciedad
La obesidad constituye uno de los mayores problemas de salud a los que se enfrentan las sociedades modernas. Más de cuatro millones de personas mueren cada año por causas relacionadas con el sobrepeso o la obesidad, entendida según la OMS, por tener un Índice de Masa Corporal (IMC) superior a 30 Kg/m2.
Los expertos apuestan por un enfoque integral de su manejo, incluyendo una mejora en los hábitos alimentarios, un incremento de la actividad física, la asociación de fármacos cuando sean aconsejables y la cirugía bariátrica en la obesidad mórbida y extrema. No obstante, los cambios dietéticos, de estilo de vida y farmacológicos han demostrado un efecto y duración limitados.
Los tratamientos quirúrgicos como banda gástrica o bypass gástrico constituyen actualmente el enfoque más efectivo en la pérdida de peso, pero se trata de técnicas invasivas que no están exentas de riesgo. La búsqueda de tratamientos endoscópicos para la obesidad es constante con el objetivo de minimizar las complicaciones y encontrar una técnica menos invasiva que pueda resultar aplicable a un mayor número de pacientes.
Entre las técnicas mínimamente invasivas existen, según un estudio, métodos de restricción mecánica como el balón intragástrico, gastroplastia vertical endoluminal, gastroplastia transoral, implante endoscópico transoral restrictivo y de restricción funcional como el marcapasos gástrico o la inyección de toxina botulínica. Esta última ha sido la que ha hecho saltar las alarmas en el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) por la detección de más de 65 casos de botulismo clínico tras realizarse tratamientos en Turquía.
Inyección de toxina botulínica
Con la inyección de toxina botulínica en la pared del estómago se pretende retardar el vaciamiento gástrico y la inducción de saciedad temprana, con la consiguiente disminución de la ingesta y la pérdida de peso.
La toxina botulínica se produce por la bacteria Clostridium botulinum. Se distinguen diversos serotipos de la misma, cuya nomenclatura va desde el serotipo A hasta el G. La ingesta de esta toxina por el ser humano puede producir una intoxicación llamada botulismo.
La toxina botulínica serotipo A (en adelante TB-A), la usada más ampliamente en la práctica clínica, se une con alta afinidad a las terminaciones nerviosas colinérgicas, mediadas por la acetilcolina, inhibiendo su actividad. La acetilcolina está considerada como el neurotransmisor más importante a nivel del sistema nervioso mientérico, encargado de los movimientos intrínsecos gastrointestinales. El bloqueo de este neurotransmisor provoca un potente y duradero efecto inhibidor sobre la contracción de la musculatura lisa y estriada.
La duración de su efecto relajante podría alargarse desde un periodo de latencia de unos 7 días hasta un efecto máximo de entre 3 y 6 meses
De ese modo, inyectada directamente en el músculo liso del tracto digestivo, la TB-A actúa bloqueando la liberación de acetilcolina, y relajando el músculo implicado.
Se ha comprobado que una vez inyectada en la capa muscular, la TB-A tiene una capacidad de difusión en un área de hasta 3 cm desde el punto de inyección. La duración de su efecto relajante podría alargarse desde un periodo de latencia de unos 7 días hasta un efecto máximo de entre 3 y 6 meses. Estudios realizados con electromiografía parecen indicar que este tipo de técnica no implica una difusión de la toxina hacia tejidos cercanos.
Cuál es el procedimiento
Según expertos de la Johns Hopkins Medicine, el procedimiento se lleva a cabo en un centro de endoscopia y las inyecciones duran unos 10 minutos. El tratamiento se hace con sedación.
El médico inserta un endoscopio equipado con una jeringa en la boca y baja por la garganta hasta el estómago. El endoscopio, un tubo flexible con una luz y una cámara, le permite al médico ver dónde colocar las inyecciones de toxina botulínica en varios puntos alrededor de la parte inferior del estómago.
A quién va dirigido
Las inyecciones estomacales de toxina botulínica pueden ser una buena opción para adultos que:
- Tienen objetivos moderados de pérdida de peso, como aquellos que deben adelgazar antes de someterse a una operación o para ayudar a la fertilidad.
- Quieren bajar su índice de masa corporal (IMC).
- Aquellos que no han tenido éxito con dieta y ejercicio.
- Quiere iniciar un estilo de vida más saludable.
- Quiere reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con el peso, como presión arterial alta, diabetes, accidente cerebrovascular, apnea del sueño o enfermedades del corazón.